La Taberna de Chana - Vicálvaro en Madrid

Un sitio perfecto para parar a comer, tomarse algo y lo que surja. Con un buen menú y buena carta.

Buena atención por parte de su encargado, Miguel.

Como siempre comida y trato excelente. No le pongo las cinco estrellas porque creo que a los baños les hace falta una renovación hace tiempo.

Genial la atención y la comida deliciosa pidas lo que pidas

Espectacular restaurante. Hemos venido a comer y nos hemos ido super contentos tanto con la calidad de la cocina, como el trato del personal, muy recomendable

Un acierto venir a comer aquí trato excelente y comida de primera calidad Volveremos seguro

La comida está rica, el precio para la cantidad en las raciones igual es un poco elevado pero en general la calidad es buena.

Excelente atención,Miguel nos recomendó buen producto, volveremos pronto

Otro acierto,tiene varios locales,nosotros estuvimos en Vicalvaro La comida muy bien , nos avisaron de que habia mucha gente y tardarian un poco , al final no fue tanto y la experiencia fue estupenda Por supuesto repetiremos

El domingo 11 de mayo celebramos el 80 cumpleaños de mi mami en la Taberna de Chana y reservamos mesa para 19 personas, nos dejaron una zona del comedor para nosotros solos y cuando llegamos ya estaba la mesa preparada. Anteriormente había planificado con el dueño si nos dejaría decorar con unos carteles y globos y todo fueron facilidades. Las camareras no podían ser más agradables y pendientes de nosotros continuamente. En principio nos ofrecieron un menú especial que fue lo que elegimos pero también podíamos pedir cualquier cosa de la carta. Los platos eran muy generosos y estaba todo delicioso, fue una gran elección pues todos salimos muy contentos, el dueño tuvo un detalle muy bonito y nos regaló 2 botellas de sidra (también podíamos elegir cava) para brindar en esta especial celebración. Muchas gracias a todos por hacer que la fiesta fuera perfecta, en especial Katy y a Pedro, que fueron con los que más trato tuve, pero a toda la plantilla entera porque se volcaron con nosotros, y los cocineros también.