La Taberna Chica en Madrid

El vermut estaba bastante bueno, de barril. Me gustaría volver algún día y pasar un rato más aquí.

Bar con buen ambiente y variedad de tapas. Una opción fiable para cualquier día.

La Taberna de Ángel Sierra es una de esas joyas atemporales de Madrid que te hacen sentir afortunado de haberla descubierto. Desde el momento en que entras, te envuelve un ambiente auténtico, animado y perfectamente conservado. Disfrutamos cada minuto que pasamos allí. Los productos son de primera calidad, desde su clásico vermut de barril hasta las deliciosas tapas, preparadas a la perfección. El servicio es de esos que hacen que un lugar sea inolvidable: atento sin ser intrusivo, amable sin forzar la situación y siempre rápido con una recomendación acertada. Lo que más nos impresionó fue la armonía de toda la experiencia: sabores exquisitos, un público acogedor y un sentido de tradición que te enorgullece y te da la bienvenida. Es el tipo de lugar donde quieres quedarte un rato más, pedir una copa más y disfrutar del momento. Nos marchamos con una sonrisa y la certeza de que volveríamos encantados. Un auténtico clásico madrileño que merece toda su reputación.

Ángel Sierra y sus aceitunas, pero no solo ellas, con su vermut de barril, ¡son salvación y certeza! ¡Es democracia y hospitalidad!

Bonita decoración y excelente ubicación pero la atención no fue buena y es caro.

Local tradicional para tomar el aperitivo. Lo mejor, las cañas, el vermut de grifo, y unas olivas para acompañar. Un sitio al que siempre merece la pena volver.

Súper auténtico, muy buen servicio y ambiente para tomar algo relajado y charlar. Súper bien

¡Este es el lugar que siempre buscas y que no está cuando lo necesitas! Nos lo recomendó un lugareño y nos encantó. Es perfecto para un vermut rápido con aceitunas, o para tomarse unas cuantas más. Sin lujos. Justo lo que buscas.

Donde alternar con el mejor vermú de grifo de Madrid, sus gildas y encurtidos varios.

¡El mejor vermut de Madrid, en mi opinión! Este lugar es un lugar histórico; todo el mundo tiene que pasar, aunque sea para tomar una copa.