Un restaurante genial, con comida super buena y un servicio impecable. Lo mejor de todo es que cuidan a los perros como en ningún otro sitio. Tienen un menú especial para ellos, y mi perra disfrutó de su pollito como nunca. Un lugar perfecto para ir con tu mascota y disfrutar todos juntos.
Gran servicio, comida súper sabrosa, buenas porciones y buen ambiente. Muy buen vino, cerveza y postres. El chico irlandés fue nuestro camarero, un tipo muy dulce y muy, muy servicial. Le gusta hablar y es muy sociable. Definitivamente regresaremos. (esta ya es nuestra segunda vez)