La Parranda en Murcia

Muy buen ambiente y una comida local de mucha calidad. Muy buena atención del servicio, a destacar el servicio de Yousef muy atento, simpático y muy cercano

Disfruté del jamón ibérico, una croqueta de rabo de toro muy sabrosa y bellamente presentada y unas sabrosas chuletas de cabra fritas. Mesas elegantemente dispuestas y servicio amable. Definitivamente regresaremos aquí.

Es la primera vez que iba y creo que será la última ya que tenia las expectativas muy altas por el sitio donde se encuentra. Teníamos una reserva la cual o no apuntaron o la apuntaron mal, dado que no la encontraban. Luego cuando vinieron a tomarnos nota, la sensación que daba era de mal rollo entre trabajadores. Posteriormente el tiempo entre unos platos y otros era excesivamente alto y claro teníamos que estar comiendo pan entre medias de Lis platos, con la bebida pasaba lo mismo pedias cualquier bebida y tardaban mucho en ponerla, bien porque no la habían apuntado o porque se les había olvidado. Y el remate fue a la hora de pedir la cuenta. Lo cual nos comentan que el datáfono estaba roto y que teníamos que pagar en efectivo o hacerle un Bizum a la dueña del restaurante. En resumidas cuentas, no me gustó la experiencia

Fuimos a tomar unas alcachofas (deliciosas) y nos atendieron muy bien.

Alcachofas, boquerones con piñones al horno y huevos con trufa excelentes, no tuvimos suerte con las chuletitas al ajo cabañil. Una pena.

La comida muy buena, muy buen ambiente y local bonito, con grandes ventanales y bien decorado. Muy buena ubicación. Lo malo, el servicio demasiado lento, algunos platos equivocados y la cuenta poco clara.

Uno de los mejores restaurantes de Murcia, cocina con las mejores materias primas de mercado.

Buen lugar para comer bien y con el cariño que pone La Parranda y sus gentes.

Las croquetas de rabo de toro son espectaculares, nos pusieron unas huevos rotos con gambas riquísimos y para terminar unas torrijas! La verdad es que calidad precio estupendo y servicio muy bien que mas puedes pedir!!!

Restaurante amueblado con mucho cariño. Estuve allí para una cena de negocios, por lo que el menú ya había sido acordado. Las cosas que probé no me emocionaron. El servicio es muy cortés. Muy amables para cubrir las necesidades de una persona celiaca preparando platos alternativos a los de la mesa.