La Lloreria en Madrid

Todo espectacular, ya no recuerdo si nos han puesto 5 o 6 platos, pero demasiado rico. Y también todos los cocineros, camareros y responsables. Ya es de mis sitios favoritos ❤️❤️. Mi hermano ha salido muy muy contento. Mil gracias por el gustazo de vuestro restaurante

En la calle San Lorenzo 4 de Madrid se encuentra LA LLORERÍA, un restaurante que no solo alimenta el cuerpo, sino también los sentidos, donde convierten el sabor en arte. Es un espacio pequeñito, donde cada plato es una obra de arte efímera, una experiencia sensorial. La calidez del equipo te envuelve, son muy atentos pero sin invadir, y transmiten pasión explicándote el por qué y el cómo de cada plato. La cocina es un juego de texturas, colores y emociones, con ingredientes multiculturales, alguno de los cuales nunca había oído nombrar y mezclas que nunca hubiera imaginado. No es solo que todo esté delicioso (que lo está, y muchísimo), sino que cada plato parece contar una historia. Un sitio para volver una y otra vez, nos ha encantado!

Muchas gracias al equipo. Me sentí muy bien con la atención y la comida fue increíble. Pude disfrutar cada plato con la explicación de los propios chef que se dan su tiempo en medio del servicio. Eso es muy valioso. Siento que hay pasión en lo que hacen. También tienen vinos muy interesantes. Recomiendo reservar en la barra para enriquecer la experiencia. Sin duda volvería

Almorcé sola en este restaurante el 5 de noviembre. El ambiente es muy animado, con un toque urbano, y se puede comer en la barra, con vistas a la pequeña cocina, o sentarse en una mesa. El personal, muy joven, se muestra entusiasmado con su trabajo y se toma el tiempo de explicar cada plato a los comensales; el mismo esmero se pone al explicar la carta de vinos. Aunque esta atención al detalle podría sugerir un ambiente elitista, resulta ser muy acogedor. Probé los platos recomendados por el chef y debo decir que todos estaban increíbles, elaborados con ingredientes sencillos pero de alta calidad y con una combinación perfecta. ¡Las ostras son imprescindibles! Salí con el estómago lleno, el paladar satisfecho y de buen humor; ¡sin duda volveré para probar lo que me quedé con ganas de más!

Sin duda, el mejor descubrimiento gastronómico de nuestra estancia en Madrid. Cocina creativa y original, y a precios asequibles. ¡Una bienvenida fantástica!

Me gustaría no solo quedarme en el hecho que la experiencia culinaria fue extraordinaria, sino también incluir aspecto humano dentro de esta reseña. Es impresionante ver este ejemplo maravilloso de colaboración culinaria entre personas que se respetan se quieren y están orientadas a un proyecto tan bonito como este. Hoy comí por primera vez ahí y sin duda tengo la certeza de que volveré tan pronto pueda (26/11🤣🤣)

¡Vaya sorpresa más buena! Qué maravilla de restaurante. Pequeño, acojedor pero con un servício de diez y una atención espectacular. Los camareros han sido impecables a la hora de explicar cada plato. Mi favorito ha sido el coliflor. Recomiendo que prueben la ensalada, no es para nada la típica que te comes en un restaurante normal. Otra detalle que me gustó mucho fue la carta de vinos porque trabajan solo con productores pequeños e independentes menos conocidos pero con mucha calidad. Tenéis que reservar con antelación porque el espacio es pequeño y se llena en seguida (entresemana lo mismo).

Demasiadas pretensiones,50 % de platos acertados el resto..hay platos que no ligan los sabores ni las texturas,mucha mezcla sin sentido y lo más importante es que no son sabrosos ni ricos

Increíble comida y servicio. Recomiendo encarecidamente la degustación del chef si usted es un comedor aventurero. Cada plato es único y bien pensado. Lo más destacado fueron los pimientos con pesto y la coliflor crujiente. Su uso del knafeh, un postre tradicional de Oriente Medio, es muy recomendable. Ten en cuenta que IT trata de un establecimiento pequeño y puede llegar a calentarse bastante en el restaurante. Fuimos en el calor de agosto, que sin duda no ayudó, pero la comida compensa IT. Muy merecedor de su aclamación Michelin y excelente relación calidad-precio por los precios razonables.

He estado varias veces y siempre me ha gustado mucho. Excelente relación calidad precio. Sus platos son deliciosos, originales. Casi todos permiten media ración. La atención es de primera. Es un local pequeño pero yo lo encuentro muy acogedor. En alguna ocasión que he ido sola he comido en la barra y es muy agradable verlos trabajar. En esta ocasión tomamos la ostra aliñada, fideos de batata, berenjena, tamal y albóndigas de cordero y de postre kataifi, todo realmente exquisito y cantidades muy correctas.Una caña y dos copas de vino . Total factura 89,10 € Lo dicho, para volver.