23/11/2025: Tenía pensado pasar por esta pequeña y discreta bodega del sur de Madrid, y resultó ser una parada que bien mereció la pena. Probamos casi todos los platos de la carta, una selección concisa pero cuidadosamente estudiada de recetas tradicionales que resultan familiares y sutilmente reinventadas. Las tapas están elaboradas con sorprendente delicadeza, con una gran elegancia que trasciende su modesto formato.
El Chardonnay de la casa, de La Mancha, acompaña de maravilla durante toda la comida: cremoso pero fresco, con la estructura suficiente para sostener todo el menú y una elegancia rústica que encaja a la perfección con su narrativa discretamente quijotesca. Entre los platos calientes, la oreja de cerdo glaseada con miel y soja, las albóndigas y el pisto fueron los platos estrella, todos con una sazón y una textura precisas.
La selección de quesos también merece una mención especial. El Flor de Romero, con su ligero toque ahumado, fue nuestro favorito, tanto por su profundidad de sabor como por cómo parecía bailar con la cremosidad del Chardonnay. Una botella de Álvaro del Saz, con su espectacular bouquet, completó la experiencia y confirmó que la bodega, aunque compacta, es nada predecible.
Las cervezas de la casa nos brindaron otra grata sorpresa. La B.Bitter 0825 destaca por su equilibrio y carácter, con un amargor firme pero nunca agresivo, ideal para quienes aprecian los matices. Las demás referencias están claramente dirigidas a bebedores más aventureros, paladares con ganas de experimentar.
El servicio lo une todo. María, nuestra camarera, fue atenta, cálida y genuinamente ingeniosa, guiándonos con naturalidad a través de vinos, cervezas y platos. Su presencia contribuyó decisivamente al ritmo de la velada y a la sensación de que este es un pequeño tesoro, uno que no solo merece una primera visita, sino que casi exige volver.
07/11/2025: Soy clienta desde el día 1 en qué se abrió mi adorada Salvaje! Además paisanos de región! Conozco bastantes tabernas/bares en Madrid, y fuera...y puedo decir con conocimiento de causa, que es más que un bar, un templo del buen hacer, y el lugar donde siempre quieres volver, porque te envuelve su agradable ambiente. Por supuesto te puede gustar más o menos, pero no encontrarás muchos sitios como éste, donde, además, respeten más el trabajo y las condiciones de sus empleadas. Todo lo que ofrecen está cuidadosamente seleccionado, con los mejores ingredientes del terruño, y regado por los mejores vinos de nuestra Mancha, y el producto bandera, sus cervezas artesanas elaboradas con las mejores "bacterias" manchegas, cobijadas y maceradas con las nobles barricas que guardan los secretos de otros vinos hermanos de la tierra de Pepe Botella, y mecido todo al amor de nuestro querido Chegre . Los quesos son especiales, sobre todo el Carea, queso tierno que es pura delicia. Las gabrielas, el escabeche de pollo, machacón, la ensaladilla ...las tapas que acompañan religiosamente cada bebida sin fallar ni una, por supuesto son humanos, si se les olvida alguna vez se lo dices y ahí la tienes con una sonrisa.
No puedo acabar sin anunciar que quien no haya ido un sábado cualquiera a la Salvaje a probar las gachas manchegas, no sabe lo que se pierde! Si le gustan claro! Con lágrimas en los ojos he de decir que han superado las gachas de mi madre, que eran las mejores hasta que probé las de Chegre!!! Ni la madalena de Proust tiene parangón a sus gachas!
En fin,un magnífico equipo de personas!
Como cualquier negocio tiene sus normas, y si te gusta y las conoces, no te va importar y te sentirás como en tu casa!
Gracias amigos, por tantos buenos momentos ! Ni se os ocurra iros del barrio eh!!