La Capitana en Santander

Comida excelente y buen ambiente.

Un viaje de sabores que te hace querer volver. Desde el primer bocado hasta el último sorbo de vino, la experiencia en este restaurante fue una celebración de lo bien hecho. No es solo comer; es disfrutar, sorprenderse y dejar que cada plato cuente su propia historia. Comenzamos con unos tacos de cochinita pibil que son pura tradición con alma: tiernos, jugosos y con ese punto de especias que te transporta a otra latitud. Las zamburiñas, frescas y delicadas, llegaron en su punto justo, con un sabor a mar limpio y un toque que las hacía irresistibles. Los canelones de pato fueron una revelación: cremosos, con ese contraste entre la pasta fina y el relleno sabroso, un plato reconfortante y elegante a la vez. El rodaballo con patatas panaderas es para los que aman lo clásico bien ejecutado: pescado tierno, piel crujiente, y unas patatas con ese toque casero que te hacen sentir en casa. El machote, potente y lleno de carácter; La estrella para los amantes de la carne: las carrilleras de cerdo, tan melosas que se deshacían con solo mirarlas. Todas ellas maneras distintas y magistrales de entender la cocina de proximidad. Para terminar, dos postres que cerraron la velada con dulzura: la tarta de queso, suave y con el punto justo de horneado, y la tarta fina de manzana, crujiente, aromática y con un equilibrio perfecto entre ácido y dulce. El servicio fue atento sin ser intrusivo, el ambiente acogedor y con personalidad, y la carta de vinos bien escogida para acompañar un recorrido tan variado. Si buscas un sitio donde la cocina tiene alma, los productos hablan por sí solos y sales con la sensación de haber disfrutado de verdad, este es tu lugar. Volveremos sin duda.

Todo muy bueno , atención, ambiente y comida excelente . Volveremos!!!!!!

La cocina no está a la altura del precio. Es producto de calidad pero la elaboración no es buena. El bacalao estaba muy salado y la merluza muy poco hecha. No se tuvo El cuidado necesario con el menú sin gluten. El trato es exquisito y el lugar muy bonito, en un entorno idílico de la Bahía de Santander.

Mucha fama y pocas nueces. Local bien, buen servicio pero lo más importante la comida, flojo Una merluza en salsa verde (más que salsa era una sopa) cruda, unos entrantes que quedan en aceptables y poco más. Eso sí, el precio de alto standing. Y esta es mi opinión, la de mis acompañantes era mucho peor

Excelente comida y trato del personal.No reserve mesa pero había una para dos en el comedor de dentro.El pescado es fresco y está delicioso.Yo pedi Cachón con patatas panadera y mi marido bacalao y estaba en su punto.Las rabas de entrante y una parrillada de verduras fueron el complemento perfecto.Si venís a Santander no dudéis de este restaurante es perfecto.Gracias.

Todo muy rico, bien servido, rapidez en el servicio. Ticket medio 28€/persona. Santander a tope, absolutamente a tope en verano. Lo más difícil encontrar parking. Menos mal que justo tienen el parking "aparcamiento interparking Castelar" justo enfrente.

Un sitio para repetir y repetir, exquisita la escalivada y el carpaccio de bacalao, si vuelvo a Santander espero poder repetir

Fantástica comida en el interior del local, muy buena atención y bien aconsejados. Ventresca de bonito sobresaliente , tortilla muy lograda y notable solomillo.

Muchas calidad en el producto. Muy amable el camarero. Comedor precioso y acogedor. Muy recomendable