La Borda Del Mentidero en Madrid

La Borda del Mentidero no es solo un restaurante, es una experiencia gastronómica completa, ideal para celebraciones o para disfrutar de una cocina tradicional española elevada, con un enfoque magistral en la brasa.

Riquisimo todo. Restaurant con clase, buena comida y muy buena atencion.

Bonito restaurante, y buena carta. No lo conocía, la decoración, muy acertada y tranquilidad. Aunque al final de la noche, debería de estar cansados ñis camarera, porque no me pusieron la vela de cumpleaños, y luego tampoco me pusieron el chupito que me ofrecieron.

El sitio no está mal. Sin embargo es un lugar de celebraciones, y se nota. Esto no sería un problema si no fuera por los precios, que son bastante altos. Algunas cosas están bien (como la tortilla con atún) y otras son más regular (como la ensalada con langostino). Es una pena que el solomillo al trapo no venga con apenas guarnición. Crítica negativa a los camareros, que no avisaron que el solomillo al trapo tiene un sabor ahumado exageradamente fuerte. 400 g por persona, se hace muy pero que es muy pesado y acabas dejándotelo en el plato.

Un sitio muy recomendable, buena comida, buen servicio, decoración bonita y se aparca bien. Las vieiras y el solomillo asado brutal.

Vinimos un grupo de familias del colegio y nos sorprendió el sitio mucho. Probamos los tacos de Black Angus, entre otros platos. Muy buena calidad y muy bien servicio

En La Borda del Mentidero saben hacer dos cosas muy bien: 1. Atenderte como si fueras de la familia. 2. Poner un steak tartar que te hace replantearte la vida. Los camareros no están para recitarte la carta como un robot. Están para que disfrutes. Te recomiendan, te sirven en el momento justo, y se adelantan a lo que vas a pedir. Eso no se entrena: se nota que lo llevan en la sangre. Y luego está el steak tartar. Olvídate de los que te ponen carne insípida y cuatro alcaparras para disimular. Aquí la carne es de verdad, el aliño está medido al milímetro, y cada bocado es un golpe de sabor que te hace pensar: “Vale, por esto sí merece la pena salir de casa”. En resumen: Si buscas comer bien, sentirte bien atendido y salir con una sonrisa de oreja a oreja… este es el sitio. El día que fallen, será porque se ha parado el mundo.

Sitio espectacular!!! El sitio no defrauda buena atención y buen producto. En la misma parcela hay varios restaurantes del grupo

Sitio precioso por dentro. Muy bonito. La comida está buena pero los precios no están justificados para nada. La atención es buena. Lo que menos nos gusta es su situación; como una sensación de polígono. Justo al lado del complejo Telefónica.

El local maravilloso, de los que te quedarías a vivir. Pero la comida es un quiero y no puedo. Muy caro para la calidad y sabor de la misma. Ejemplo de caro: ración de anchoas 24,5, pero ojo que te sirven 6 anchoas (de hecho pregunté si era media ración). Ejemplo de sabor: las vieras con mantequilla solo saben a queso, sí a queso (y nada de la vieira que es el producto principal). Ejemplo de quiero y no puedo: las alcachofas con papada ibérica. Las alcachofas sin sabor y la papada testimonial. Ahora, igual que digo esto, también os cuento que la atención y el local es de lo mejor. Por lo tanto, si tienes una comida de negocios donde quieres impresionar por el lugar y el ambiente selecto, o una cita para luego enterrar la sardina, es un sitio ideal. Pero tienes que tener en cuenta que el paladar de tus acompañantes no sea muy exquisito o versados en restaurantes de cierto nivel de cocina. Si lo que vas es para probar una nueva experiencia culinaria es mejor el bar de Manolo. Al menos no te la clava. Recomendación para cocina: Meted unos buenos fondos, unas salsas finas y algo más de gramaje en algunos platos y lo petáis (es que lo de las anchoas me ha llegado al alma). Por cierto, desde hace poco dejan ir con niños (antes era solo para adultos). No los llevéis. Van a salir sin comer y vais a fastidiar el ambientazo que hay.