La Bombi en Santander

Restaurante de 10! La comida ha sido exquisita y el trato de su personal, maravilloso. Trato excepcional a mano del Sr. Movellàn y de Ivan Nicolau!! Nos han atendido de maravilla, comida de calidad! Todo espectacular. Lo recomiendo do 100.%

sin palabras, excepcional. Fui con pocas expectativas y salí maravillado. La comida aparte de abundante de una calidad de 10. Es un sitio que hay que ir siempre cada vez que se vaya a Santander. Una plantilla de camareros geniales. Una pena no haber podido hacer fotos a todos los platos. Gracias por el trato!

Maravilloso restaurante. Si quieres comer marisco, este es el lugar. El dueño es quien te atiende. La carta de vinos es excelente.

Ambiente acogedor, personal amable y muy profesional. Ensalada de bogavante con erizos muy pero que muy recomendada! No puedo decir lo mismo de los "Maganos de guadañeta encebollados" porque no eran de temporada los que nos sirvieron y el sabor nos decepcionó bastante. Probad las peras al vino tinto acompañadas de una copita de Pedro Ximénez para un final de 10!

Estuve cenando con un amigo y hubo de cal y de arena. Restaurante bien decorado, con mesas bien presentadas y amplio espacio entre ellas. La cena consistió en una entrada de bocartes plancha(era la temporada) francamente exquisitos y una ensalada solo de tomates ( también muy ricos) sin ventresca, ya que no entiendo la moda de meterle cosas a unos buenos tomates que solo sirven para aumentar su precio, y unos espárragos frescos muy normalitos. De segunda pedí un changurro como plato estrella ,decepcionante pues me explicaron que si el peso, que si el precio, mandangas, lo tenían ya preparado y lo sirvieron en un caparzon que imagino estaba reciclado, una pena, ahí me equivoqué. Mi amigo pidió un mero que estaba bueno. El postre fue lo mejor, una tarta de hojaldre con mantequilla y un tocino de cielo. Lo peor fue el final , pedí un carajillo de Magno y el precio ……. 6,5. €, patetico.Con lo que vale la cena ,un detalle chabacano.

Buenas este domingo hemos estado comiendo aquí mi marido y mi hijo todo espectacular el.solomillo es la vida he comido solomillo igual que este,además de el resto de platos.El.servicio fantástico muy amables la verdad quenha sido una experiencia para repetir.Muchas gracias tener una cocina fantástica y un servicio inmejorable. Totalmente recomendado

Es el mejor restaurante de Santander de todos los que he comido. Está todo exquisito. La carta de vinos es la mejor y la más amplia que he visto nunca. Debería tener una estrella MICHELÍN. El personal un 10.

Para quien no quiera leer todo: Alcachofas y rodaballo de diez, pero 48 € por una ensalada de bogavante floja —————— Llevábamos tiempo con ganas de ir a La Bombi, en Santander, y por fin hemos ido. Sabíamos que no era un sitio barato, pero nos apetecía darnos un homenaje. La experiencia ha sido en general buena, pero ha habido un par de detalles que nos han dejado con mal sabor de boca. Pedimos una ensalada de bogavante que nos ofrecieron fuera de carta y, aunque somos conscientes de que el bogavante no es precisamente barato, ver 48 euros en la cuenta por ese plato nos dejó con cara de tontos. Especialmente porque el resultado no estuvo a la altura: más cerca de un salpicón de marisco de batalla que de algo realmente especial. Por otro lado, tanto las alcachofas como el rodaballo estaban espectaculares, productos de calidad y preparados con mimo, aquí sí que sentimos que lo pagado estaba justificado. Otro pequeño detalle: en el ticket, uno de los primeros platos aparece cobrado a 40 euros cuando en la carta estaba a 36. No tuvimos ni tiempo de reaccionar porque ya nos lo habían cobrado. En resumen, buena comida en general, pero la sensación final fue agridulce por esos desajustes entre precio y calidad en algunos platos. Una pena, porque el sitio tiene potencial para una experiencia redonda.

Hacía un tiempo que no estaba, sin sorpresa sigue siendo un restaurante que a los que les guste la buena mesa no dejen de visitarlo, producto de primera muy bien tratado y gran servicio.

Hemos cenado muy bien pero sin sorpresas. Es decir, buen servicio, mantel y servilletas de ropa, cambio de platos y cubiertos, etc y la calidad del producto muy buena pero es una cocina tradicional y muy clásica, sin innovación culinaria ni técnicas vanguardistas. Muy recomendable para todo aquel que busque comer bien sin modernidades. Recomiendo las alcachofas rellenas de centollo y el pudin de cabracho.