La Bombi en Santander

La comida fue simplemente increíble, todos los platos estaban totalmente llenos de sabores y se presentaban impecablemente. También, el servicio fue impecable; quiero dejar la especial mención a Víctor, el cual sobresalía por su puntualidad y amabilidad excepcionales. Con eso dicho, sin duda un lugar que repetiré y recomendaré a mis amigos.

Destaca especialmente la calidad de los productos aunque la forma de cocinarlos no siempre es la mejor por ejemplo las almejas a la sartén la salsa es muy normalita. La atención muy buena me resultó caro ya que comimos cuatro platos compartidos entre tres sin café ni postre y pagamos 67€ por persona. Hay sitios similares en Santander más económicos

Nos lo recomendaron pero no cumplio las espectativas. Relacion calidad-cantidad- precio inapropiada. Personal atento y simpatico, la ensalada de anchoas y bonito una decepción, pimientos de tarro y lechuga mezclun de bolsa, por el precio ,inadmisible. El salpicon que nos recomendaron bueno pero escaso, los segundos platos, bien la calidad pero muy escaso el pescado y la guarnición de menú de día, pimientos de bote nuevamente marcados en plancha y patatas fritas normalitas. Los postres lo más decepcionante,pides quesada, típica, y te presentan una porción dividida en cachitos, parecía una partida de domino, sin más ,las he comido mejor . El flan ,era flan, sin más presentación. No lo veo especial, una decepción.

Que buen rato hemos pasado !!! Buenos alimentos y buena preparación. La atención de 10, ningun pero, altamente recomendable. Volveremos. GRACIAS

Muy buen San Martín, el revuelto de oficios un poco salado y el pan frito muy grasiento, mejorable.

Muy buen servicio, la persona que nos atendió lo hizo con una sonrisa y amabilidad increíble. Las rabas de 10.

Un lugar especial de Santander donde te recibirá el dueño del restaurante con una sonrisa y gran atención. La comida es espectacular con gran variedad de pescados y mariscos. El servicio está siempre muy atento. Recomendables las rabas de calamar, la albóndiga y las alcachofas. Además puedes colarte en la barra para un picoteo más informal, aunque siempre está lleno, así que es recomendable reservar.

Muy buena comida, bodega y servicio

Visita por primera vez a este céntrico restaurante. Una primera toma de contacto en su barra (buen ambiente ) para tomar unos vinos mientras te entretienes viendo las fotos de los innumerables famosos que han acudido. Ya en el restaurante (es elegante y acogedor), somos recibidos por el dueño que con una gran sonrisa y lleno de amabilidad, nos acompaña a la mesa y tras dejarnos la carta nos comenta los platos y nos recomienda sabiamente. Decir que te hace sentir tan cómodo, que antes de llegar la comida ya percibes que todo va a ir bien…y por supuesto, así fue. Exquisitos mejillones en vinagreta y salpicón de entrantes, para dar paso a un majestuoso cogote de merluza y unos calamares en tinta. Sin palabras. El precio es totalmente acorde con la calidad del producto y todo el personal brilla por su profesionalidad. Al salir, otra vez de manera espontánea, se acerca a preguntarnos qué tal todo y despedirse; no sin antes una pequeña charla muy amena y que nos deja una sensación de “ser de la casa”. Totalmente recomendable. Volveremos sin duda.

Hemos cenado muy bien pero sin sorpresas. Es decir, buen servicio, mantel y servilletas de ropa, cambio de platos y cubiertos, etc y la calidad del producto muy buena pero es una cocina tradicional y muy clásica, sin innovación culinaria ni técnicas vanguardistas. Muy recomendable para todo aquel que busque comer bien sin modernidades. Recomiendo las alcachofas rellenas de centollo y el pudin de cabracho.