Kuoco 360 Food en Madrid

De las mejores experiencias gastronómicas que he tenido en mi vida por largo, excelencia en su totalidad.

¡Un verdadero favorito! Nos lo pasamos genial en Cuoco, una joya de restaurante cerca de nosotros. El ambiente es cálido, el servicio atento y la cocina... ¡simplemente deliciosa! Rafa, el chef, es tan talentoso como simpático. Cada plato era sabroso, perfectamente presentado y preparado con cuidado. Una experiencia culinaria auténtica y generosa. Recomiendo absolutamente esta dirección: ¡volveremos muy rápidamente!

Kuoco 360 Food: un viaje gastronómico sin fronteras En pleno barrio de Justicia, Kuoco 360 Food es un paraíso para los amantes de la fusión gastronómica. Su cocina es una explosión de sabores donde Latinoamérica y Asia se dan la mano, creando platos que sorprenden por su intensidad y equilibrio. Desde el primer bocado, Kuoco te transporta a distintos rincones del mundo. Destacan sus croquetas cremosas con un toque exótico, el pato Pekín reinterpretado con matices latinos y el espectacular chili crab, que combina la tradición asiática con una presentación moderna y sofisticada. Además, su menú degustación "Taste The World" es una opción ideal para quienes desean descubrir la esencia del restaurante en un solo recorrido gastronómico. El ambiente es acogedor y elegante sin pretensiones, con una decoración que mezcla lo industrial con toques cálidos. La atención es impecable: el personal conoce bien la carta y sabe recomendar maridajes perfectos con su selección de vinos. Kuoco 360 Food no es solo un restaurante, es una experiencia sensorial en la que cada plato cuenta una historia. Perfecto para quienes buscan sabores atrevidos y una cocina que rompe esquemas. ✔ Lo mejor: Platos creativos, explosión de sabores y excelente atención. ❌ A mejorar: El espacio es reducido, por lo que conviene reservar con antelación.

Fuimos a Kuoko el sábado para disfrutar del menú degustación como parte de un regalo muy especial. Íbamos con muchísimas ganas de vivir una experiencia donde todo cuenta: el sabor, el ritmo, los tiempos… y aunque la comida nos encantó —sabores muy bien trabajados, originales y con una propuesta interesante—, lamentablemente la experiencia se vio empañada por los tiempos de espera entre plato y plato. En varias ocasiones la espera llegó a ser de más de 25 minutos, incluso tratándose de bocados, muchos de ellos fríos. Entramos a comer a las 14:30 y salimos cerca de las 18:00, después de 8 platos. Esto hizo que se nos hiciera muy pesado y acabáramos perdiendo un poco la ilusión con la que empezamos. Y quizás valoraría un plato más. No sabemos si es algo habitual o si simplemente hubo algún problema puntual en cocina o en sala ese día, pero nos dio mucha pena, porque la propuesta nos pareció muy interesante y teníamos muchas ganas de disfrutarla plenamente. Ojalá puedan revisar este aspecto, porque la calidad de la comida lo merece.

Una cena espectacular que nos sorprendió más que gratamente, ya que la comida asiática suele quedarse muy corta en Madrid. Cada plato aportó su propio toque maravilloso de ricos y variados sabores asiáticos. Es difícil decir qué plato nos gustó más (la ostra, la croqueta, la corvina, el pato, la anguila, el siu mai… realmente todos tan increíbles), pero con diferencia el que menos nos gustó fue la viera, ya que le faltaba sabor aparte de la salsa en la que estaba. Daniel, nuestro camarero, fue amable, paciente, conocedor y profesional, e hizo que la experiencia fuera mucho más agradable. ¡Gracias! Definitivamente regresaremos y traeremos amigos. Nuestro único punto de pequeña crítica es que el tiempo de espera entre platos fue un poco largo, y el menú de 85 € podría haber funcionado con 1 bocado adicional.

Sabores potentes y platos muy creativos. Una carta de comida fusión con una presentación muy original. El bocadito de gamba junto con el ceviche fue lo que más nos gustó! Los peros: - los platos podrían ser un poco más generosos..sobretodo los principales - Nos pareció un poco caro para el tamaño de los platos

A disfrutarlo, pero ya en nuevo local. C/ Barquillo, 30

Comida fusión, elaboración. Muy Cuidada y sabores y textura que merecen la pena ser degustadas. Carta de vinos exagerada, un libro con más páginas que el Quijote no se si merece la pena, creo que haya costado elaborarlo lo mismo que el precio de los caldos, algo subidos para mi gusto, 60€ por un vino canario, casi debería venir con la jaula incluida. Ojo a esto porque os subirá la cuenta de forma excesiva. El local y su estilo buscan claramente un reconocimiento, demasiada parafernalia, a veces lo sencillo es muchoejor para obtenerla. Al lío con los platos, croquetasuu buenas, merecen la pena en cualquiera de sus versiones, la ostras de loejor de la noche, para repetir, el steak mmm creo que mejorable, demasiado aceite de sésamo que oculta demasiados otros sabores. El pulpo, si podéis elegir otra cosa mejor, esta aceptable. Y el pichón espectacular, bien de punto, y sabores bien conjuntados, plato complicadouy bien resuelto. Postres, escasos, caros y no se si merecen la pena. Las proporciones para una persona deben ser revisadas. Volveré?. No lo creo, una chincheta más en el mapa,

Teníamos muchas ganas de conocer este restaurante y aprovechamos el día de san Valentín para que la ocasión fuera más especial. Nos encantó! Los platos y el trato. Todo lo que nos comimos nos pareció excelente, los snacks, pedimos tres para uno, uno a base de gamba, otro de centollo y otro de langosta. Luego de fuera de carta comimos el atún y los berberechos, buenísimos, así como la carrilera. Un lugar donde volver y recomendar. En breve cambian de ubicación, cerca de este local

Dîner en solo dans ce restaurant gastronomique du centre ville de Madrid. Salle moderne, personnel jeune. J'ai pris le menu dégustation qui se compose d'une dizaine de petites assiettes. L'ensemble du repas fut exceptionnel, que ce soit en terme de textures, de cuissons, d'assemblages et de qualité de produits. Ici on casse les codes et on n'hésite pas à destabiliser le palais des convives. Quelques plats coup de coeur: L'huître kalamansi et jalapeno rouge, la crevette rouge à l'émulsion d'ail fermenté et chili, le canard sauce nikkei, le kagigori fraise hibiscus avec son crumble au lotus et poivre rose. La carte des vins est éclectique, avec des très bons nectars pour une quarantaine d'euros. Un service à la fois dynamique et sympa. Un rapport qualité prix parfaitement en adéquation avec l'expérience vécue. Le Kuoco 360 Food, l'un de mes coups de coeur de l'année.