KNIGHT'N'SQUIRE en Madrid

Noviembre 2025. Gran lugar clásico de Madrid de hamburguesas. Abierto hace muchísimos años sigue con un buen nivel de servicio y comida muy rica. Los Nachos no nos parecieron nada del otro mundo pero las hamburguesas estaban ricas.

Comida correcta con perritos y hamburguesas.

La atención de los camareros excelente. La comida igual de rica como cuando fui la primera vez hace más de 20 años. Y el precio más que ajustado. Pienso volver.

Un clásico imperecedero. Demasiado tiempo si ir. Los perritos y las hamburguesas no fallan.

Teníamos una reunión de amigas y cenamos aquí. La verdad es que está súper bien ubicado, a unos 6-7 minutos andando del metro de Plaza Castilla. La decoración es un puntazo. Si te va el rollo americano, el arte del cine y la música, este sitio te va a encantar. La carta tiene un montón de opciones: varios tipos de hamburguesas y perritos (estilo italiano, indio, peruano...), platos para compartir y algunos postres. Yo pedí la hamburguesa peruana y fue todo un acierto. Los precios por persona oscilan entre los 12-18 euros.

Hacía muchos años que no iba, pero sigue teniendo ese algo que te hace estar gusto, que te hace sentirte bien. Y la comida muy bien. Todo genial

Un clásico de Madrid y del barrio. Decoración y ambiente únicos. Las hamburguesas de toda la vida. No te olvides preguntar y ver la genial máquina de tabaco/pecera.

Era un día frío y tuvieron abierta la puerta de la terraza cuando la terraza estaba vacía. A pesar de la calefacción encendida y un calefactor entre dos mesas, todos los clientes nos pasamos los primeros 45 minutos con el abrigo puesto dentro del local, a causa del frío que entraba por la puerta. Menos mal que al final cerraron, pero no fue de recibo tenernos así tanto tiempo. Por otro lado, llegamos 5 minutos antes de la reserva y nos dijeron un tanto desabridos que tardarían 10 minutos en atendernos (no se sabe por qué no solo en 5) porque no tenían la cocina preparada, y así hicieron como con reloj, ni nos fueron preguntando la bebida. Lo cierto es que no ponernos las bebidas y un cuenco de nachos, que los tenían todos ya preparados en la barra, fue un detalle muy feo. La comida (nachos abundantes, hamburguesas y perrito riquísimos, pero las palomitas de pollo un poco secas y algo escaso) estuvo bastante bien, el resto de la atención de la comida fue correcto y el precio bien, pero lamentablemente la falta de detalle con la actitud inicial y la falta de confortabilidad 45 minutos con la puerta abierta nos deslució enormemente la experiencia general. Una pena porque, de no haber ocurrido estas dos cosas, nuestra valoración habría sido muy buena.

Después de casi 50 años, ya pensé que no existía, me ha gustado.

Hemos cenado en la noche de hoy y tanto la hamburguesa como el postre buenísimo. El postre espectacular: torrija tipo brioche con helado de violeta