Kaido Sushi Bar en Valencia

Estás en Japón. Solo 10 asientos, 2 camareros y 5 chefs a tu servicio. La estrella es el chef principal, por supuesto. Quedas hipnotizado por sus cortes. Unos 15 platos en total. Menú 140 € y vino 10 € por copa. Vale la pena. Es una experiencia de otro nivel. Para probar una y otra vez.

La calidad del producto, la técnica y el concepto son estupendos. Sin embargo, y pretendiendo que esta sea una crítica constructiva, hay varios aspectos que no nos gustaron y que hacen que, de momento, no podamos recomendar la experiencia. En primer lugar, el ritmo del pase es demasiado acelerado. Dada la cantidad de platos que componen el menú (20 en total) deberían reducir la velocidad a la que se sirven los platos. Este ritmo 'acelerado' se siente hasta que llega la hora en la que consideran que los comensales debemos dejar la mesa. Nunca nos había pasado, pero, en este caso, el responsable de sala retiró nuestra botella de vino sin pedirnos permiso. Tuvimos que reclamarla para que nos sirviera después de la cena. En segundo lugar, al llegar este punto (sobre las 23.00 h.), sin solicitarlo, traen la cuenta. Podríamos verlo como una amable invitación a modo de "por favor, abandonen el local". El caso es que se siente una prisa inusitada por parte del personal por acabar el trabajo. Sábado por la noche y 400 euros de tíquet por nuestra parte bien merecen no solo una cena relajada, sino una pausa para una breve sobremesa. Finalmente, el hecho de que con el importe mencionado, te animen a dar propina, datáfono en mano, nos pareció poco acertado. En definitiva, son detalles (muy importantes) que nunca hemos visto en otros estrella Michelin que hemos visitado. Espero que los responsables de Kaido tomen nota de estas sugerencias y que con ello contribuyamos a que este original restaurante avance en el camino hacia la excelencia.

Una experiencia excepcional. Cultura gastronómica pura y fantástica 👍🫶

KAIDO: UN VIAJE SENSORIAL ENTRE NIGIRIS Y MEDITERRÁNEO Ubicado en Calle Xile nº 3, Valencia, Kaido Sushi Bar es de esos lugares que te envuelven desde el primer instante. Tras su discreta fachada se esconde un espacio íntimo, elegante y casi ceremonial, donde apenas una decena de comensales se sientan frente al chef para vivir un viaje gastronómico que combina la precisión japonesa con el alma mediterránea. La barra, en forma de U, se convierte en un escenario. El itamae prepara cada pieza con movimientos pausados, casi hipnóticos, mientras el silencio del ambiente invita a escuchar el sonido del cuchillo cortando el pescado o el aroma del arroz avinagrado recién moldeado. Todo está pensado para que la experiencia sea un homenaje a los sentidos. Su menú degustación es una sucesión de pequeñas joyas que sorprenden en cada pase. Empezamos con un somen de patata, ligero y fresco, seguido de una vieira con erizo y guisante lágrima que explotaba en matices marinos. El buey de mar con espuma de tomate valenciano fue pura fusión: untuoso, intenso y con un toque ácido que equilibraba el conjunto. El yamake de atún con trufa negra trajo un aroma profundo y elegante, y el black cod marinado resultó sublime, con una textura suave que se deshacía en la boca. Luego llegaron los momentos más potentes: un karaage de rape crujiente por fuera y jugoso por dentro, y una anguila de La Albufera a la brasa que resumía el espíritu de Kaido: técnica japonesa y producto local. El desfile de nigiris fue pura magia. Cada pieza —de sardina, atún, hamachi o langostino— llegaba en su punto exacto de temperatura, con el arroz perfecto y el pescado cortado con maestría. El equilibrio entre sabor, textura y presentación era impecable. El servicio, atento y cercano, acompañaba sin invadir. Te hacían sentir parte del ritual, explicando cada plato con pasión y detalle. El maridaje, con sakes y vinos blancos elegidos con acierto, potenciaba cada sabor sin robarle protagonismo. El final fue dulce y delicado: un postre ligero con notas cítricas y petit fours que cerraron el recorrido con elegancia. Kaido no es un restaurante para comer rápido. Es un lugar para vivir la experiencia completa, dejarse llevar y disfrutar de la belleza del detalle. Un espacio donde cada bocado cuenta una historia, donde Japón y el Mediterráneo se dan la mano con respeto y armonía. Una cena inolvidable que deja la sensación de haber viajado sin moverse de Valencia. Gracias a todo el equipo por una noche tan especial… seguro que volveremos.

Genial. Aquí siempre nos sentimos como en casa. Todo perfecto, 10/10.

BRU-TAL!!! Hacía tiempo que no disfrutaba tanto en un restaurante. El trato, increíble. La comida, fabulosa.... merece cada euro que vale.

He ido dos veces: una el año pasado en Mayo y otra el 27 de septiembre. Ha sido una experiencia increíble, las sopas son (después del sushi) los platos que más me gustan. Espero poder regresar otra fecha, en otra estación. Para la primera vez optamos por maridaje con Vero, una selección increíble. Para esta segunda, mi acompañante y yo pedimos una botella de sake perfecta. Ver al chef Yoshi trabajar el pescado es una maravilla. Muy agradecida de poder experimentar este tipo de comidas. Un saludo a todo el equipo.

Buffet de calidad,se nota en el producto... Hay de todo pero el sushi es increíble...vine semana pasada y hoy he vuelto...

Una de las mejores experiencias gastronómicas de sushi (o de cualquier otro tipo). Comida increíble. Y servicio increíble. Verás y comerás, ¡ARTE! Solo tienes que venir.

No recuerdo haber puesto un 5 a ningun restaurante ( con el 4 les daba margen de mejora) pero fué una comida excepcional incluso en la cantidad. Minilocal bien decorado, no hay mesas solo una barra en forma de U pero muy espaciosa, cómoda y que te permitía ver las preparaciones del cocinero. Todo excelente, comida japo por supuesto, y los platos se sucedían sin demora alguna y con un servicio cordial y nada intrusivo. El maridaje también super. Fui invitado por lo que del precio no opino pero sí diré que pienso repetir...y pagando y/o invitando yo. En resumen, un 10.