IKOYA Izakaya en Barcelona

Quizás el precio es un poco elevado para la cantidad que ponen en cada plato, sale casi el doble porque tienen precios de plato completo y es casi medio.

Todo el personal muy amable, la cena fue estupenda!

Una experiencia fantástica desde el momento en el que entras. El servicio muy atento, con unas sugerencias muy acertadas, presentes pero sin hacerse pesados. Poder sentarse en la barra delante de los cocineros le da un punto de inmersión muy chulo. Como recomendaciones, la ventresca con ostra y el karaage son increíbles, haciendo disfrutar ya desde el inicio. De platos, la ventresca con arroz y salsa de sésamo es un plato lleno de sabores, texturas y contrastes, y la pluma ibérica al carbón es espectacular, tierna y jugosa. Una experiencia altamente recomendable, permite disfrutar de la calidad del grupo Shunka a un precio más asequible.

¡Super Rico! El edamame asado al fuego fue una versión refrescante de un clásico japonés. La comida estuvo maravillosa y el servicio fue amable y atento.

Todo estaba delicioso, la selección del chef de ngiri fue tan buena que la pedí dos veces.

De los mejores restaurantes de comida japonesa que he probado. Muy recomendable.

Ikoya es uno de los restaurantes de la cadena Vasca Sagardi que desde hace más de tres años nos deleita con su buena grastronomia. Pero no es cualquier restaurante, en él, encontrarás una fusión de cocina japonesa con cocina Vasca. Sus ingredientes, la calidad de los mismos, como los cocinan, y la fusión de sabores que consiguie el Chef Hideki no deja indiferente al cliente que pasa por éste restaurante. El restaurante es de concepto abierto, es decir puedes ver en todo momento que es lo que cocinan y como lo hacen. El ambiente es relajado, distendido, no hay silencio absoluto pero tampoco hay un tono que moleste, todo lo contrario. Por recomendaros un plato diferente, preguntar por el Hamachi está increible. Por último agradecer a Gerard, el asistente que me atendió. Es un gran profesional que te puede asesorar en todo momento sobre cualquier plato o resolverte cualquier problema que te pueda surgir en el restaurante.

Me ha encantado el sitio. Un local de diseño genial. Madera, pinturas en papel de periodico, las lamparas… una de las cocinas a la vista. El servicio super correcto. Los platos muy bien presentados y con unos sabores deliciosos. Me ha impresionado el tartar de atun con ostras, el yakisoba, la sopa misho, el pulpo a la brasa…. Todo! Hay la posibilidad de regalar la experiencia con un codigo.

He visitado el Ikoya por primera vez. Está situado frente al mercado de Santa Caterina, junto a la Catedral y, seguramente, este emplazamiento le condiciona. Es un local grande, con gran numero de mesas. Cuando he llegado, pese a que había una mesa para dos libre, me han situado en la barra porque iba solo. Recibimiento cordial, atención correcta: me sirven la caña pedida; me dan las cartas y me dejan espacio para estudiarlas. Pido un sashimi 5 especies, francamente bueno, pese a que echo en falta el jengibre. De segundo pido un solomillo tepanyaki (brasa) y, tras una espera de 20 minutos, me sirven un plato con doce pedacitos de carne perfectamente cocinados (poco hechos) y llenos de nervios que los hacían incomestibles. Los he dejado y no me los han cobrado. Me han puesto, como desagravio, unas trufas de matcha, exquisitas. Experiencia agridulce.

Somos habituales de Shunka, que está en la misma zona, un dia paseando vimos este nuevo local y decidimos probarlo, por dentro es muy original, te transporta a una taberna japonesa, la comida extraordinaria, la carta no es muy extensa pero todo lo bordan, desde el rollo de salmon y atun, es el mismo que el de Shunka, se nota la mano del propietario de Grupo Shunka, y a nosotros nos encanta, hasta los yakisoba, pasando por la pluma ibérica a la brasa o los nigiris soasados al gusto del chef, todo muy bueno. Tienen una brasa justo a la entrada donde te hacen las carnes y los pescados, donde tambien te preparan los edamame, riquísimos. El único pero.., nos sentamos justo a la entrada, entrando a la izquierda justo delante de una bodega con muchas botellas y hacia mal olor, quizas provenía de la calle por las lluvias de los ultimos dias, pero olia algo a cloaca, y enturbio un poco la experiencia, no había mas mesas y tuvimos que quedarnos justo en esa. Respecto a la carta de vinos, correcta en cuanto a numero de propuestas, pero buena en lo que respecta al precios, te puedes beber un buen vino o cava a un precio razonable, que ultimamente a algunos restaurantes TOP de Barcelona se les esta yendo de las manos el precio de los vinos, algo que a mi particularmente me provoca tachar esos locales de mis habituales. Pagar si, pero pagar el doble el precio de la botella, no...