Hotel Restaurante Lozano en Allande

Super amables,a pesar, de que tuvieron,que esperar por nosotros,fueron súper atentos.

Me procesaron rápidamente. Sin explicaciones. Me dijeron dónde estaba el ascensor y no había ninguno a la vista. Pero la habitación era agradable. Y el pueblito también.

Rara vez he sentido instantáneamente que la hospitalidad de algún lugar estaba dirigida a mí, una sensación de hogar y un refugio de la tormenta (el mortal Martinho) como lo he sentido en este paraíso español del Hotel Lozano. El pueblo viene aquí para charlas cómodas, el café es excelente... y descubrí el snack envasado Qe Caña, que es un canoli de la infancia de los años 70. Literalmente digo Dios mío cuando lo muerdo. Los sándwiches recién hechos por un euro+ se llaman pinchos y el vestíbulo de la cafetería tiene el tipo de ruido de fondo que resulta interesante en lugar de distraer. Noticias en baja, un videojuego al que juegan los viejos, la lotería y apuestas del estado... y previsiones meteorológicas para aquellos como yo dispuestos a volver a emprender el Camino a Santiago. Un oasis. 10. Perfecto.