Granja Blanca en Madrid

Bar típico madrileño con la particularidad de que cuando fuimos estaba atendido 100% por mujeres, de gran amabilidad. Probamos varias tapas, todas ricas. No se lo debe pedir más, cumple la promesa, y a precio razonable. - A typical Madrid bar with the unique feature that when we went, it was staffed entirely by women, all of whom were very friendly. We tried several tapas, all delicious. You can't go wrong with this; it delivers on its promise, and at a reasonable price.

Desayuné y me pareció buena la atención, para empezar la mañana la actitud y entusiasmo de las chicas que atendían es bueno, te sacan una sonrisa, es lo ideal para empezar la jornada, he pedido sólo un desayuno: barra de pan con tomatito rayado, aceite de oliva, jamón serrano y café con leche, comí en la barra, es muy amplia al igual que el salón, el lugar se ve muy apto para pasar la tarde de tapeo y cerveza, luego tomaré esas opciones

Todo correcto. Buen precio. Pero el servicio no me vio durante un buen rato hasta que tuve que avisar que estaba allí, en la barra. Y estaba casi solo.

Excelente servicio muy buenos aperitivos camareros muy atentos 100% recomendado

Buen precio para cantidad y calidad. Camareros amables y rápidos

Desayunos ideales a muy buen precio. Sandra nos ha dado trato exquisito todos los días. Siempre con una sonrisa a pesar de la cantidad de trabajo. Volveremos sin duda. Muy recomendable

Lugar horriblemente mediocre. Título: “Una velada en 'La Patatastica': Una experiencia de tapas sobre la que prefiero escribir una canción que revivirla”. Está bien, escucha. Crees que vas a un bar de tapas, con aceitunas, baguette y un poco de chorizo ​​en una brocheta. Es posible que espere una noche íntima, un ambiente ligero y una carta de vinos que haga que su corazón lata más rápido. Bueno, eso no es exactamente lo que encontré en 'La Patatastica'. Al entrar, me saludó inmediatamente un camarero que parecía haber terminado una siesta de tres semanas y aún no estaba completamente despierto. Llevaba un sombrero gigantesco (que no coincide con la temática española) y hablaba con una especie de dialecto holandés-español que no tenía sentido. “Oye amigo, ¿te gustarían las croquetas de paella con aderezo extra de sudor?” preguntó sin pestañear. Por supuesto que no quería eso. Pero ya era demasiado tarde. Ya estaban sobre la mesa. Después de una espera un poco larga (sospecho que el propio chef estaba de viaje en España para conseguir cada ingrediente individualmente), llegó la primera ronda. Las “tapas para dos” aparentemente consistían en una gamba bien cocida, una rebanada de baguette con indefinibles extensiones verdes y un plato que olía a fondo de barco pesquero español. La gamba me miró fijamente como si supiera que podría haber tenido un futuro aún mejor como alimento para peces en mal estado. Sin embargo, lo más destacado de la noche fue la 'Sangría Especial' que pedimos. La bebida se sirvió en una copa de champán enorme y cursi con un puñado de canicas dentro. ¿O fueron uvas? Quién sabe. El sabor de esta 'sangría' era una especie de mezcla de vino barato y almíbar de limonada, pero con un retrogusto extraño que puedo describir mejor como una boca llena de amarga tristeza. Para colmo, el propietario se acercó para evaluar nuestra experiencia, pero lo único que preguntó fue: "¿Estaba caliente la comida?" Cuando asentimos con cautela, nos levantó el pulgar y se alejó, visiblemente aliviado. Como si ese fuera el único criterio de éxito en este bar. En definitiva, 'La Patatastica' es perfecto para aquellos que apetezcan una velada llena de combinaciones extrañas, desesperación en un palo y un regusto misterioso a... algo. ¿Ir? No. ¿Escribir una canción sobre eso? Tal vez.

Sin más. Entramos a comer un bocadillo porque estaba todo cerrado. Pan correoso y café no demasiado bueno. No volvería a entrar si pasase por la zona.