Granier - Abadía en Valencia

Una panadería muy bien surtida, muy bien atendida, muy limpia, muy ordenada y con buenos precios. Sara es la chica que hace tiempo me atiende, es una chica muy simpática, agradable, cariñosa, sonriente, atenta, servicial y muy profesional, una excelente trabajadora. También decir que todo el equipo me ha tratado siempre muy bien y me han hecho sentir muy agusto, no como en casa por qué en mi casa no te lo tantos panes ni bollería pero si casi como en mi casa me han hecho sentir. Siempre que vengo a Valencia paso por aquí sin ninguna duda al igual que sin ninguna duda la recomiendo completamente. Si vienes a Valencia debes de pasar por aquí para acabar de hacer de tu visita una delicia y una experiencia sabrosa. Muchas gracias Sara por tu atención y amabilidad, eres increíblemente maravillosa, muchas gracias también a las chicas y a los panaderos. Saludos y hasta siempre.

Muy buen desayuno. El capuchino no era italiano, pero estaba bueno. Se puede comer aquí o para llevar. Recomendado.

Una panadería que te hace querer pasarte. Los precios son razonables: 13 € para cuatro personas, si solo compras comida (sin bebida). ¡No hablan nada de inglés! El servicio es desagradable, sin sonrisas ni comprensión del inglés.

Está delicioso, con un rico relleno de chocolate y muchos granos de chocolate. El pan napolitano también está delicioso, mejor que el pan de jamón que se come en Taiwán.

No me convenció. La comida es de buena calidad y los precios son más altos que la media, pero aún así asequibles: por un donut y un zumo gasté 4,10 €. El personal es amable, pero el servicio es un poco caótico; hay muchísima gente, lo que crea colas y obstrucciones. Pocas mesas se llenan rápido y, a menudo, no las limpian con la suficiente rapidez como para dejarlas libres para otros comensales.

¡Un lugar encantador para un desayuno rápido! Pasteles recién hechos, buen café y un ambiente acogedor: justo lo que necesitas para empezar el día con buen pie. Sin duda, volvería.

Pedí café con sándwich. Esperé un buen rato porque una chica, probablemente nueva, atendía dos filas. Otra contaba en la caja y, con las mismas manos, empezó a sacar mi sándwich del horno, sin pinzas. Le comenté que no se puede usar las manos para sacar un sándwich, a lo que se marchó nadando, que tenía las manos limpias (no llevaba guantes), y le recordé que acababa de contar el dinero, así que no podía tener las manos limpias. El sándwich estaba rico, aunque no muy caliente, pero el café estaba fatal: demasiado tostado y amargo, no sabía bien ni con leche ni azúcar; no pude terminar un café tan malo. Creo que deberían sustituir el café por un Arábica de mejor calidad y vigilar al personal: su comportamiento e higiene. Aunque era domingo, las chicas que trabajaban allí, excepto una que atendía a todos los clientes, hablaban en voz alta y se reían a carcajadas, lo cual fue muy desagradable durante la larga espera y no se corresponde con la calidad del servicio en un establecimiento turístico. También es desagradable cuando en el establecimiento barren el suelo justo debajo de tus pies.

Un lugar muy popular entre los turistas, siempre lleno. El servicio no es excelente en cuanto a rapidez y atención al cliente... hay opciones mejores.

Quiero agradecer la buena atención del grupo de Granier en especial a Kei. Nos trato de forma magnífica , solucionando un problema de intolerancia.

Bar que también sirve productos horneados. Precios bajos pero la calidad no es la mejor.