Gorria en Barcelona

Lugar perfecto, ambiente muy bueno y el trato y la comida inmejorable

Un clásico siempre recomendable. La comida excepcional y el entorno exquisito. La cordialidad de Javier Gorria y Rosa, la jefa de sala que es encantadora. El servicio es inmejorable y siempre un placer visitarlo. Les felicito!!!

Posiblemente de los mejores restaurantes en Barcelona.

¡Nada que añadir, excelente! ¡El entrecot es una de las mejores carnes que he comido!

El mejor restaurante Vasco Navarro de Barcelona por la calidad de sus productos y el saber del sr Javier un veterano con mucha clase

Servicio muy bueno, todo bueno menos el bacalao que no sabía a nada, demasiado desalado.

Realmente brutal experiencia, no al alcance de todos los bolsillos.

Me encanta recomendar el restaurante Gorria, es uno de esos lugares que te cautiva desde el primer momento. Está situado en el Fort Pienc, un barrio con muy buen ambiente, y la verdad es que es muy fácil de encontrar. Su carta es una auténtica delicia, con los chefs volcados en ofrecer una cocina vasca de gran calidad y con un esmero que se nota en cada plato. Los precios me parecen muy razonables para la experiencia que vives, no son más caros que otros sitios similares, y eso es de agradecer. Además, es muy práctico que acepten tantos métodos de pago, desde las tarjetas más comunes hasta el ticket restaurante. Un consejo: si piensas ir cuando está más lleno, no te arriesgues y reserva mesa con antelación. El ambiente en su interior es muy acogedor y familiar, es un sitio perfecto para celebrar cualquier ocasión. Y si quieres hacerte una idea de lo que te espera, te sugiero que eches un vistazo a su perfil de Instagram, donde puedes ver fotos de sus platos que son una auténtica tentación.

Lo que esperaba de este restaurante, buen trato excelente comida, tienen servicio de aparcamiento, hoy en día en Barcelona un lujo. Calidad precio a la altura de sus productos.Recomendable si quieres comer bien, bien.

Local visitado muchas veces desde hace muchos años, lo que significa que a mi parecer tiene un nivel más que aceptable. Si hoy escribo esta crónica es porque ayer, en pleno verano y con la dificultad que eso entraña para que los pescados se mantengan en buen estado, nos dieron unas almejas en salsa verde tan magníficas que invitaban a comerlas y acompañarlas de cucharadas de salsa; unas cocochas de merluza que eran dignas de San Sebastian, ciudad donde mejor las tienen y un cordero asado que era eso, un asado, un buen asado. De postre probamos un helado casero de tomillo acompañado de un jarabe hecho por destilación del pacharán de la casa, que potenciaba el sabor del helado a condición de ponerle muy poco jarabe, por su enorme dulzor. Y un buen café corto.