Giulietta en Madrid

Podría ser un lugar con una gran puntuación, pero hay detalles que no se pueden obviar a la hora de valorar un lugar. Sabíamos que teníamos disponibilidad de mesa durante 1 hora y medía, dentro de lo que significa eso, resolver rápido que desea uno comer, que las comandas salgan en tiempo y forma para satisfacer los tiempos del restaurante. Los tiempos se fueron cumpliendo sin ningún inconveniente, los matices llegaron previo al postre. Aún no habíamos terminando nuestro segundo plato y en varias ocasiones nos consultaron si podían retirar los platos, viendo que estábamos en la mesa con dos nenes de 3 años, uno debe saber que los tiempos pueden variar. Cuando solicitamos el postre no pasaron 2 minutos de haberlo tenido en la mesa que un miembro del equipo nos trajo la cuenta diciendo que debíamos abonar, que el tiempo estaba cumplido y ya tenían a los otros comensales esperando (esto no fue dicho, si no visto al girarme) Uno de los menores tuvo que comerse el postre rápido, sin poder terminar de disfrutarlo y yo empezar el café en la mesa y terminarlo en el baño. Considero que se debería tener un mejor tacto a la hora de gestionar las horas de reservas y ser conscientes de que tipo de cliente sientan en cada mesa y que los tiempos no de todos son iguales. O saber dejar margen considerado para que no pasen casos de esta índole.

Excelente todo, lugar tranquilo y muy rico todo

En primer lugar el servicio fue bastante amable y atento, aunque es verdad que los platos tardaron bastante en salir. La comida estaba buena, pero sinceramente no he visto nada diferenciador o que esté bueno especialmente. La tarta de queso sí que puedo decir que fue decepcionante, al igual que el risotto que salvando el punto del arroz que sí que estaba perfecto, el sabor no distaba mucho de uno comprado. Un punto negativo es que te ofrecen un aperitivo de mortadella y queso, que a priori entiendes que invita la casa, o será un extra sin importancia que ya que estás asumes. Sin embargo, al ver la cuenta y comprobar que te han cobrado más de 10€ por ello es sorprendente cuanto menos. En definitiva, un italiano para comer que está bien, pero sin más; no es excepcional, ni sobresale por nada en general, siendo en cualquier caso algo caro por el trato más premium que dan en servicio con platos de preparación en mesa. Como apunte adicional, mencionar que fuimos en diciembre y en el interior del local la temperatura de la calefacción estaba alta quizá de más, al principio es reconfortante, pero acaba siendo algo excesiva.

Lugar descubierto por casualidad, la comida muy buena, no soy mucho de italianos, pero merece la pena probarlo y salir de la rutina de Ginos, y similares....

Pedimos para llevar y fueron súper amables y rápidos. La comida estaba muy bien, una carta amplia, la berenjena muy buena. Calidad precio bien.

Probamos un entrante, dos segundos y un postre, y la experiencia fue excelente. Desde el principio, la atención fue impecable: no tardaron nada en darnos la mesa que habíamos reservado, y la camarera estuvo atenta en todo momento a nuestras peticiones. Los tiempos de espera entre platos fueron mínimos, pero lo suficientemente bien medidos para disfrutar con calma. Todo llegó caliente y en su punto. De entrante elegimos la berenjena con tomate, que estaba espectacular. ¡Me encantaría tener la receta para hacerla en casa! Como platos principales, probamos el rigatoni con rabo de toro, que estaba delicioso, y un pappardelle con langostinos, que fue sin duda el plato estrella. Para cerrar, pedimos el tiramisú, que tienen una presentación muy original: lo sirven en una cafetera italiana. Además, trae más cantidad de lo que parece a simple vista. El ambiente agradable, no mucha luz y si bien estaba el restaurante lleno no había mucho ruido. Sin duda, una experiencia memorable. ¡Volveremos! Update Efectivamente volvimos. Está muy bien. Los camareros atentos todo el tiempo. Pedimos de nuevo la veré ja que estaba buenísima de sabor, pero esta vez un poco templada. Nos hubiera gustado más caliente. El tagliatelle de ragout de cordero riquísimo y repetimos papardelle de mariscos brutal. También nos ofrecieron aperitivo y el pan está buenísimo.

Buen local italiano en Machu Pichu. Buena relación calidad-precio y buen servicio. Todo estaba muy rico.

El sitio ha desmejorado mucho desde que estuvimos hace unos meses. Han cambiado las recetas y la comida ya no está tan buena. Ademas el servicio me ha parecido muy lento y se han equivocado con la comanda de postres. Veníamos de vez en cuando pero ya no creo que volvamos.

Un ambiente muy agradable y deliciosa comida

El Restaurante Giulietta es un establecimiento italiano ubicado en la Plaza de Manuel Rodrigo, 7, en el barrio de Hortaleza, Madrid. Forma parte del Grupo Le Cocó y se especializa en ofrecer una auténtica experiencia gastronómica italiana en un ambiente acogedor y elegante.  Ambiente y Decoración: El restaurante presenta una decoración que evoca la esencia de la Toscana, con detalles cuidados que crean un entorno cálido y familiar. Dispone de una terraza ideal para disfrutar de comidas al aire libre durante los meses más cálidos.  Oferta Gastronómica: La carta de Giulietta es amplia y variada, destacando por la calidad de sus ingredientes y la autenticidad de sus platos. Entre las especialidades se encuentran: • Antipasti: Tabla de embutidos y quesos, vitello tonnato, berenjenas a la parmesana y carpaccio de ternera. • Pastas: Spaghetti cacio e pepe, tagliatelle al ragú de cordero, fettuccine al nero di seppia con calamares y pappardelle con gambas y pesto de calabacín. • Pizzas: Variedad de pizzas al horno, incluyendo opciones como la pizza con huevos de codorniz y trufa, y la pizza burrata con tomate, escamas de parmesano y rúcula. • Postres: Tiramisú, fagottino alla Nutella y panna cotta al coco con puré de mango. Para quienes buscan disfrutar de la auténtica cocina italiana en Madrid, el Restaurante Giulietta se presenta como una opción altamente recomendable.