Fuente de la Acena en Quintanilla de Onésimo

Hotel en un entorno fantástico y un personal muy amable. El restaurante, fenomenal también. Bien situado para visitar las numerosas bodegas que hay por la zona y muy cerca tanto de Valladolid como Peñafiel. El desayuno a la carta muy completo con productos de Kilómetro 0. Todo muy recomendable, la verdad. Para volver.

Hotel perfecto para una escapada de fin de semana en pareja Recomendaríamos este hotel para pasar una o dos noches en pareja. Muy tranquilo y acogedor si quieres unos días de desconexión. Está en un entorno precioso, el único problema es que hay que moverse en coche para cualquier cosa ya que en el propio pueblo donde se encuentra no hay prácticamente nada que hacer. Tiene un buen restaurante y bodegas cercanas donde poder hacer alguna visita. Cenamos la segunda noche en el restaurante del hotel. Buena comida, precio algo elevado, pero siguiendo la línea de los restaurantes de la zona. Desayuno a la carta bastante completo

Situado estratégicamente junto al río, este establecimiento merece la pena conocerlo. Una propuesta hostelera y hotelera (nosotros no nos alojamos, sólo fuimos a comer) muy digna, en un viejo molino, hoy reconvertido en Hotel-boutique. En la reinvención del edificio, se respetaron los espacios originales, como la propia fábrica de harinas, dando hoy lugar a las dos salas del comedor. Una carta con platos bastante exquisitos. Nosotros nos decidimos por un lomo de bonito con cebolla caramelizada y unos lomos de rape con anchoas. El rape estaba riquísimo, pero el lomo de bonito, del cual nos pidieron el punto para servirlo, y que solicitamos poco hecho, remarcándolo con claridad, nos lo dieron totalmente hecho, con lo que le arrebataron todo el buen sabor al plato que pretendimos. El resto muy bien. La bodega, con buena oferta de vinos, y el servicio, muy profesional. El entorno, en Quintanilla de Onésimo, hace honor a las tierras de la Ribera del Duero, buenas tierras y buenos caldos.

El hotel es maravilloso y acogedor. El personal es muy muy amable y el entorno es genial. Dispone de restaurante donde se come muy muy bien.

Fuimos a comer. 2 entrantes, 4 platos y 2 postres para 4 personas. Sales bien, no lleno. 40€ por persona sin haber tomado vino. Comida buenísima y servicio top! Ponemos 4 estrellas porque nos parece un robo 2€ por una botella de agua « filtrada »…

Un sitio genial para comer rico y descansar

Espectacular todo. Perfecto para venir en familia. El personal de maravilla. A destacar también el restaurante, se come y bebe increíble. Perfecto para una escapada. Habitaciones muy amplias. Un lujo

Hemos disfrutado mucho de la comida y la conversación con el metre

Habitación muy cómoda y limpia, eso sí, indica que tiene vistas al Duero y solo se ven árboles, no el río. El hotel en general me resultó muy frío demasiado minimalista, no me pareció acogedor. El precio del desayuno me parece excesivo y el precio de la habitación también, teniendo en cuenta dónde está situado y que hay hoteles cercanos de la misma calidad y menor precio.

Menú en un molino sobre el Duero. Hotel boutique con restaurante muy cuidado. Menú degustación con altibajos pero en general rico. Buen servicio. Buena recomendación de vino de la zona riquísimo y bien de precio. A destacar la oreja de cochinillo, el jarrete y el tocinillo de fruta de la pasión. Volveremos