Fogar do Santiso en Teo

Lugar singular con mucho encanto. Comimos en el exterior bajo un galpón en mesas y bancos de madera, no es muy cómodo pero la experiencia vale la pena. Un fallo muy importante que le vimos es que en una zona de paso constante de clientes y camareros el tejado estaba tan bajo que si era necesario agacharse para no llevar un buen golpe. La comida correcta, las raciones no son grandes, pero en general nos gustó, quizás lo que no volveríamos a pedir sería el pulpo a la brasa que no nos gustó. Probamos varios postres, el que más nos gustó fue el mousse de queso. Tiene parque para los niños. La atención es un poco caótica, es muy grande y cada camarero tiene una tarea, solo había uno que tomaba comandas y andaba a mil por hora por lo que era difícil conseguir pedir. En general nos fuimos muy contentos, lo recomendamos.

Acudimos expresamente x lo atractivo y singular de la oferta...y como casi siempre q las expectativas son altas, la decepción también. Mediodía entre semana, semana de pascua, a penas una docena de coches fuera... sensación de desangelado de entrada, seguramente en las noche de verano sea infinitamente más atractivo xq el entorno promete... aunque le falta bastante mantenimiento. Gastronómicamente, la propuesta es más atractiva sobre el papel q sobre la mesa. Excelente pan (q nos cobraron 0'10€ más x unidad de lo q marca en la carta). Detalle para entretener a los niñxs q se agradece y mucho. Nos dejamos aconsejar y pedimos croquetas de grelos (correctas) y de carne del país (muy mejorables, el sabor de la carne pasaba totalmente desapercibido entre tanta hierba), empanada de grelos y queso (lo mejor de la comida pese a estar sólo templada, 2' más de parrilla y lo bordan), callos con garbanzos (con la tradición q hay en Galicia de este plato, da dolor de corazón lo q comimos...), patatas fritas (caseras, pero sin más...) y pollo en tempura (era más bien rebozado en harina de maíz, excesivamente rebozado, lo q hizo q se nos hiciera pesado), tarta de queso (más bien era puding) y café de pota (FRIO...e insípido, otro dato imperdonable en Galicia). En general, presumen de huerta propia y amor x la tierra...pero la cocina deja margen para la mejora. Nos pensaremos si regresar...

Fue una visita de luces y sombras. El camarero que nos tomó el pedido era bastante apático, incluso tirando a borde, sin el más mínimo interés en hacer recomendaciones ni responder dudas. Para eso es casi mejor un quiosco del McDonalds, que al menos tiene fotos... No hay cobertura de datos móviles, con lo cual es bastante difícil ver la carta con el QR. Hay que conectarse a una WiFi que tienen (sin internet) pero que deja ver la carta, aunque no funciona muy bien la verdad (todo esto ensayo y error pues no te lo comentan ni pone en ningún sitio), y eso que la persona que toma notas vino 3 veces a ver si ya sabíamos perocno dijo nada ni nos ofreció una carta física. Luego llegaron los primeros platos: un ratatouille que se quedó allí, y un pulpo con grelos que son unas patas sin cortar lavadas (ni sal ni pimentón) y unos poco grelos cocidos que sinceramente no sabe a nada. Menos mal que luego llegó el churrasco (muy bueno) y los calamares en tempura, sorprendentemente muy ricos. Las croquetas para los niños gustaron, y lo mismo con la salchicha (que viene siendo un chorizo criollo de toda la vida). El sitio sigue estando bien para llevar a gente de fuera, es pintoresco y se puede comer, pero te queda mal sabor de boca por la atención y algunos platos que no se si es que quieren ser cool y que acaban siendo un bluf, cuando tiene comida típica normal y corriente muy rica.

Un sitio con encanto, muy buena comida, atención muy buena y rápida. Totalmente recomendable

Comí entrecot. Fantásticamente bueno. Ambiente muy agradable. Me encantó el lugar

Lugar con mucho encanto. La comida muy rica y servida rápido. El churrasco lo más recomendable y las croquetas de choco. De los postres el mejor el mouse de queso. Lo único malo que solo hay un camarero para poder pedir y muchos para servir. Cuando te quedas sin bebida cuesta conseguir pedirla de nuevo.

Restaurante super pintoresco de comida casera gallega con materias primas de proximidad (de hecho tienen huerta). El tamaño de las raciones no es grande pero la calidad precio, la calidad del producto y el restaurante en sí merecen mucho la pena. Compartimos empanada de grelos y queso (la masa espectacular), pulpo brasa también muy rico y carne: churrasco y la lechuga estaban muy tiernos; y el postre de mouse tarta de queso nos encantó Salimos a menos de 30€/px; y salimos encantados. Super pintoresco!

Hola comentar que en general la experiencia fue buena me hacía gracia el jefe de sala bueno de de patio por aquello es como una casa rural enorme andaba el tío demasiado nervioso el trato era muy muy a prisa muy nervioso pero me hacía gracia si es verdad que había gente no pero bueno recomendable recomendable

Lugar muy bonito y especial. La comida casera y típica. La berenjena con queso de otro mundo, riquísima.

Me decepciono, fui a ver una queimada, la comida regular, al menos el pollo a la parrilla parecia cocido, el local precioso y el trato bueno.