Fierro en Valencia

Nos encantó la experiencia al completo. El menú muy equilibrado, el ambiente muy bien, se agradece la insonorización del techo. Recomiendo la sugerencia del pan y el caviar. Buenísimo!

El resumen de la experiencia, excelente. Nosotros fuimos a la comida de Cuina Oberta y fue todo un acierto. Desde la llegada, el trato fue excepcional, amables, considerados y agradables. El concepto de mesa compartida, fantástico para poder compartir la experiencia con otras personas pero en un ambiente tranquilo ya que fuimos 6 en total, y la comida fue todo perfecto. Las combinaciones, el sabor, la presentación, las texturas, el término…en general, todo. Los ingredientes, aunque presentados en formas sorprendentes, sabían a lo que tenían que saber, pero además, algunos potenciados por sabores ahumados que hicieron de la comida todo un cóctel de sentidos. Agradecemos mucho a todo el equipo de Fierro la oportunidad de disfrutar de esta experiencia. Fue la primera vez que fuimos, pero seguro que regresamos.

Marta se ocupó de que estuviéramos como en casa durante toda la cena. Nos gustó mucho la experiencia de mesa compartida. Gracias también a quien responde por Instagram y nos ayudó con nuestra reserva :)

Anoche celebramos el cumpleaños de mi mujer. Sorprendente, igual que como cuando lo probamos por primera vez antes de la pandemia. Es de admirar la ilusión con la que explican cada plato; recuerda a esa felicidad mas propia de la infancia cuando algo te salía bien a la primera. Enhorabuena

No me quería ir a casa, de lo bien que la hemos pasado en Fierro. La comida, el maridaje, el ambiente y el personal te hacen vivir una experiencia inolvidable. Cada detalle tiene mimo y esencia. Lo hemos disfrutado mucho.

Fuí a cenar con mi mujer y fue una experiencia brutal. Un viaje en cada plato. Cocina de vanguardia, creativa y lo más importante, deliciosa. Una maravilla vamos. El ambiente no puede ser más agradable todo gracias a las personas que trabajan allí, auténticos profesionales y súper majos. Estuvimos muy a gusto.

Único, especial, adorable... ayer visitamos por primera vez EL FIERRO, algo que llevábamos tiempo deseando hacer... y salimos felices... por la espectacular cena, por lo acogedor del restaurante... y por el fantástico trato de todo el equipo que te hace sentir como en casa... gracias! Volveremos sin dudarlo!!❤️❤️

Sabores precisos y bien definidos, técnica aplicada con equilibrio, perfectos balances, relieves, sin excesos. Una de las experiencias más emocionantes y --sobre todo-- SABROSA de todos los restaurantes de fine dining que conozco. La emoción y el sabor de una dupla de cocineros reales. Para ir y volver siempre (como vengo haciendo).

Me encantó la experiencia. Es cierto que este tipo de comida tan "novedosa" no me vuelve loca, pero eso ya es más cosa mía que del sitio en sí. Me gustó mucho el concepto de que no te digan qué estás comiendo para poderlo comentar con los comensales. La comida estaba buena y era de altísima calidad, no les puedo poner pega. El servicio amable, atento y encantador. Sólo dos pegas : no te avisan del coste extra de la bebida que te ofrecen al principio ( aunque en este tipo de sitios con lo que pagas un poco más ya no importa) Hacía un calor horrible, no sé si no iba la climatización o si estaba muy baja, pero lo pasé realmente mal. Por todo lo demás, me encantó, de los estrella michelín que he probado, mi favorito. Volvería. Pd: el pan que hacen es, junto con la mantequilla ,sin duda alguna, el mejor pan que he probado en toda mi vida

FIERRO: DONDE EL UNIVERSO VEGETAL COBRA ALMA En pleno corazón de Valencia, en la calle Doctor Serrano, se esconde Fierro, ese rincón que parece más un secreto compartido entre amigos que un restaurante con estrella Michelin. Un espacio íntimo, de apenas unas pocas mesas, donde todo gira en torno a la cercanía, la calma y el respeto por el producto. Esta vez nos decidimos por el menú LOS AÑOS en su versión vegetariana, un homenaje que recoge la esencia de la cocina de Carito Lourenço y Germán Carrizo, reinterpretada desde el universo vegetal. No es un menú al uso, es un recorrido emocional por su trayectoria, destilado en sabores, texturas y aromas que despiertan algo más que el paladar. Cada plato es una sorpresa. No porque busquen el artificio, sino porque en cada bocado hay intención, técnica y, sobre todo, sensibilidad. Más que explicar los platos —porque perderían parte de su magia—, lo mejor es vivirlos y dejar que cada creación revele su propio secreto. Fierro no solo alimenta, te invita a descubrir. El ambiente acompaña: luz cálida, servicio impecable y una sensación constante de estar viviendo algo muy personal, casi doméstico, pero con la elegancia de lo excepcional. Los maridajes, incluso en su versión sin alcohol, están pensados con una armonía botánica que encaja a la perfección con la filosofía del menú. Fierro no es solo una cena; es una experiencia que te hace reconectar con la naturaleza, con los recuerdos y con la emoción que provoca lo bien hecho. Un lugar donde la cocina se convierte en lenguaje y el silencio entre plato y plato dice más que mil palabras. Nos fuimos con la sensación de haber asistido a algo irrepetible. Y sí, no contaremos más… porque hay cosas que es mejor ir a descubrirlas uno mismo. Gracias a todo el equipo por tanta sensibilidad y autenticidad. Seguro que nos verán pronto, muy pronto.