Ferreiro en Madrid

Hemos disfrutado de una excelente comida. Éramos un grupo de 8-10 personas y nos han buscado una mesa en un comedor arriba en el que estábamos apenas solos. La temperatura muy agradable, el trato maravilloso con una atención exquisita. La comida muy buena, todo muy bien presentado y de calidad. Sin duda repetiremos, porque nos ha encantado a todo. Especial mención para uno de los maitres Diego que no ha tratado de lujo

Atención de 10, comida rica y casera.

Ferreiro es una joya de la cocina asturiana ubicada en pleno Paseo de la Florida, que logra combinar tradición, calidad y un servicio impecable. Desde el momento en que se cruza la puerta, se respira ese ambiente elegante y acogedor que invita a disfrutar de una experiencia gastronómica auténtica. La carta es un homenaje a la cocina del norte, con platos que destacan por la calidad del producto y el respeto por la receta tradicional. Pedimos un arroz con bogavante espectacular y generoso. El bacalao es sin duda de los mejores que he probado. Pero la carta desde luego invita a volver y probar todo… Mención especial merece su bodega, bien surtida y con excelentes vinos españoles que acompañan perfectamente cualquier elección del menú. Todo lo l personal de sala y barra, siempre atento y profesional, sabe recomendar sin resultar invasivo, lo que redondea una experiencia que destaca por su equilibrio entre sofisticación y cercanía. En definitiva, Ferreiro no es solo un restaurante, es un lugar donde se celebra la buena mesa. Ideal tanto para una comida de negocios como para una velada especial en pareja o con amigos. Sin duda, un imprescindible en la ruta gastronómica de Madrid. Gracias Manolo Ferreiro por tu atención y simpatía.

Nada más sentarnos obsequio de pinchito de tortilla y preñadito De entrantes croquetas a la fabada Copa de vino blanco Verdejo y copa de vino tinto Ribera de Duero Solomillo al foie y pincho de merluza Sorbete de manzana y sidra Obsequio de pastelito de coco Obsequio de crema de orujo Atención exquisita Rapidez puntualidad y limpieza Ambiente sumamente agradable Altamente recomendable repetir

Soy de Chile y siempre vengo a este restaurante, una vez más me quedo sin palabras…buenissimo, el cochinillo con una preparación de los dioses… felicitaciones, sobretodo al anfitrión Diego que nos recibe siempre con tanto entusiasmo. Volveré como siempre. Para ubicarse, estación de metro Principe Pio, preguntas por el restaurant y ya, está en frente.

Fuimos a comer menú del día (tienes que pedirlo porque solo te traen la carta). Estaba muy bueno y era bastante abundante. Los camareros no podían ser más atentos y estaban pendientes de cualquier cosa que necesitábamos. Restaurante de toda la vida, pero necesario cerca de un centro comercial donde solo hay comida de cadenas.

Buen sitio para desayunar! Superbarato y buenísimas tostadas!

Muy buena experiencia, aunque quizá algo caro para la cantidad. Igual, comimos muy bien.

Hicimos una comida familiar. Al ser un grupo grande elegimos el menú de degustacion. La comida muy buena, las raciones bastante generosas. El servicio de los camareros no pudo ser mejor. El salón de arriba que fue donde comimos,muy tranquilo y con buen espacio con las otras mesas. Hacia tiempo que no comía una torrija tan buena. No dejéis de probar la torrija caramelizada, un verdadero espectaculo.

Un desayuno de los que te hacen volver. En pleno centro, con precios razonables y una atención impecable, el Mesón Restaurante Ferreiro es de esos sitios que sorprenden y dejan ganas de repetir. Pedimos tres croissants mixtos y uno a la plancha, acompañados de tres Colacaos. Los croissants eran enormes (la foto no le hace justicia) y bien rellenos con una muy buena calidad de jamón york y queso, nada de esos croissants huecos o vacíos que se ven en otros sitios. Estaban increíblemente buenos. El croissant a la plancha también fue un acierto. Igual de grande que los mixtos, servido con una tarrina monodosis de mantequilla y mermelada de melocotón, otro detalle que siempre se agradece. Otro punto a favor es cómo sirven el Colacao. En muchos sitios te lo preparan sin preguntar, algo que sinceramente resulta cansino, pero aquí te lo dejan para que lo hagas a tu gusto, como se ha hecho toda la vida y como debería ser. Yo en lo personal siempre lo añado poco a poco, ya que, dependiendo de la cantidad de leche, un sobre entero puede resultar excesivo. En este caso, el vaso venía con tanta leche que lo usé prácticamente todo, otro puntazo. Si mal no recuerdo, el colacao fueron 2€ cada uno, el croissant mixto 2,50€ y el croissant a la plancha 1,60€. Y lo mejor de todo, el personal. No solo fueron rápidos y atentos, sino que su amabilidad y buen humor hicieron que el desayuno fuera aún mejor. Un 10 sobre 10 en trato. Este sitio cumple con las tres B (bueno, bonito y barato). Sin florituras, moderneces ni pretensiones, ofrece exactamente lo que un buen lugar debe tener para que el cliente quiera volver: calidad, buen precio y una experiencia que merece la pena repetir. No le falta nada para convertirse en un sitio de referencia al que regresar sin dudarlo.