Visitar Asador Etxebarri, en Axpe, es acudir a un templo del fuego. Su fama —con razón o sin ella— como segundo mejor restaurante del mundo crea unas expectativas altísimas. El entorno es austero y elegante, rural y silencioso, un marco perfecto para una cocina que gira en torno a la brasa y al respeto absoluto por el producto.
El menú comienza con una secuencia de aperitivos que marcan el tono de la casa: fuego, humo y pureza. Sin embargo, sorprende que varios platos lleguen fríos, una elección que descoloca en un restaurante cuyo eje conceptual es la temperatura. Destaca la berenjena con setas, de textura sedosa y sabor profundo, un bocado lleno de matices que muestra la maestría técnica del equipo de cocina.
El bacalao a la brasa con salsa vizcaína es una interpretación muy personal: impecable de punto, jugoso y terso, aunque de sabor más suave de lo esperado. En cambio, el bogavante, apenas tocado por las brasas, alcanza un equilibrio extraordinario entre jugosidad y aroma; el sabor concentrado de la cabeza es puro mar.
La vaca maya con 38-40 días de maduración merece mención aparte: un corte potente, lleno de matices, que demuestra que en Etxebarri el fuego no se usa para impresionar, sino para exaltar la esencia del producto. Carne de 10, simplemente.
En los postres, la creatividad da un giro interesante. El helado de leche con remolacha sorprende por su equilibrio entre dulzor y frescor vegetal; el flan de queso es una joya, cremoso, intenso y con el punto justo de azúcar. La tarta de dos chocolates, en cambio, cumple sin deslumbrar, un cierre más convencional dentro de un menú que se mueve entre la tradición y la experimentación.
El servicio es otro punto fuerte: discreto, atento y con un conocimiento profundo del producto y del vino. Se percibe una coordinación impecable entre sala y cocina, sin excesos de formalidad pero con la serenidad de quien domina su oficio.
En conjunto, Etxebarri sigue siendo una experiencia notable, basada en la autenticidad y en un dominio absoluto de la brasa. Sin embargo, la sensación general es que el prestigio mundial del restaurante y su precio elevado (incluso para estándares de alta gastronomía) hacen que el nivel de exigencia sea altísimo. Y aunque la experiencia emociona por momentos, no siempre alcanza el impacto que promete su fama.
Una visita recomendable, sin duda, pero más para amantes del producto y la técnica que para quienes buscan una experiencia puramente sensorial o innovadora.
L.A Álvarez
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01 Noviembre 2025
8,0
Para conseguir una imposible reserva no cuenta ni ser el primero en hacerla, ni el azar, ya que están deslumbrados por los famosetes, tipo influencers o futbolistas.
Supongo que estará muy bien la cocina, pero debido a ese extraño servilismo no lo sé.
Por suerte, un gran alumno suyo japonés ha abierto cerca el Txispa, ya con estrella Michelín. Habrá que intentarlo aquí.
Guillermo Ruiz Andrio
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01 Noviembre 2025
6,0
🍽️ La Experiencia
La primera impresión es de sencillez y calidez: una casa rústica de piedra sin decoración ostentosa ni alardes. El enfoque está completamente en el sabor.
El menú degustación incluye alrededor de 14 platos, comenzando con los más sencillos como mantequilla recién batida y pan a la parrilla, para luego degustar langostinos de Palamós, lubina a la plancha y filete añejo cocinado a fuego lento y ahumado.
El sabor característico es inconfundible: una profundidad ahumada y refinada que realza el ingrediente en lugar de opacarlo. Cada plato se siente como una celebración serena del tiempo, la paciencia y el control.
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💶 Relación calidad-precio
Con un precio aproximado de 280 € por persona (sin incluir bebidas), no es una comida para todos los días. Algunos comensales consideran que la experiencia es demasiado cara para su sencillez, mientras que otros la ven como una forma de arte culinario única en la vida, donde la técnica y la precisión justifican cada euro.
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🕰️ Reservas y accesibilidad
Reservar es notoriamente difícil. El sistema de reservas es lento, las respuestas son escasas y conseguir mesa puede llevar meses. Es parte de su encanto, pero también una de las principales frustraciones para quienes intentan planificar su visita.
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⭐ Calificación general (sobre 5)
• Comida: ⭐⭐⭐⭐⭐
• Servicio: ⭐⭐⭐⭐
• Ambiente: ⭐⭐⭐⭐
• Relación calidad-precio: ⭐⭐⭐
• Experiencia general: ⭐⭐⭐⭐½
Pam Saliba
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31 Octubre 2025
10,0
Llevamos 2 años intentando reservar en el restaurante pero resulta imposible, así que decidimos ir el domingo al bar de pintxos y raciones que tienen, la verdad es que es impresionante el sabor de todo lo que comes y el postre (helado de queso) esta de los dioses .
Mara’s Peluquería
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26 Octubre 2025
10,0
Una delicia y disfrute total. Todo maravilloso como siempre.
LOLA 13
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26 Octubre 2025
10,0
La comida es deliciosa y el lugar es cómodo. El servicio también es satisfactorio. ¡Recomendado!
Camden Houston
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22 Octubre 2025
10,0
Cenar en el Asador Etxebarri fue, sin duda, una experiencia especial. Es importante tener en cuenta que este restaurante no cuenta con una estrella Michelin, pero actualmente ocupa el segundo puesto en la lista de los "50 Mejores Restaurantes del Mundo". Esta discrepancia entre los reconocimientos y las expectativas influye considerablemente en la experiencia general.
Servicio:
El servicio fue bueno, pero no excepcional; más consistente, pero lejos de la perfección que uno esperaría de un restaurante de esta categoría. Varios platos no estaban anunciados y, en ocasiones, el servicio parecía poco profesional. Por ejemplo, los platos estaban colocados de forma torpe, casi cayéndose de la mesa.
Menú:
El primer plato —chorizo casero con pan cristal y sardinas curadas en casa del barrio— fue un gran comienzo: intenso, auténtico y lleno de sabor.
El segundo plato, una búfala casera elaborada con la leche de la propia búfala del restaurante, era de buena calidad, pero un poco demasiado firme. El tomate confitado debajo fue una buena idea, pero fuera de contexto, el plato difícilmente se habría considerado excepcional.
El entrante de langosta estaba excelentemente preparado. La cabeza, en particular, estaba magistralmente presentada, un auténtico punto culminante en cuanto a sabor.
El plato principal, carabineros (gambas rojas grandes), tuvo resultados dispares: tres porciones estaban perfectamente cocinadas, pero una estaba bastante pasada y casi incomible.
El picantón era de excelente calidad, pero estaba muy crudo y ligeramente poco hecho. Aun así, su sabor era convincente; es una pena que no se anunciara el plato, así que no fue fácil evaluarlo correctamente.
El bacalao era un cubo pequeño, casi crudo. Tres de cada cuatro comensales no lo comieron: tenía un sabor demasiado intenso y una textura poco apetecible.
El chuletón de ternera local, en cambio, estaba excelente. Aunque se sirvió un poco por debajo de la temperatura del venado, tenía un aroma maravilloso y estaba cocinado a la perfección. Normalmente soy un amante de la carne que la prefiere poco hecha, pero este corte tenía que comerse "poco hecho"; salió perfecto. Aun así, no era un plato por el que viajaría.
Postre:
Los postres estaban bien, pero nada destacable, sobre todo teniendo en cuenta que el menú costaba 280 €.
Ambiente e impresión general:
El ambiente recuerda a una posada rural de lujo con muy buena cocina y una buena selección de vinos. Auténtico, rústico, pero sin lujos.
En general, sin embargo, no entiendo por qué este restaurante está considerado el segundo mejor del mundo. La experiencia fue interesante, pero en absoluto revolucionaria.
Conclusión:
No volveríamos; una vez es suficiente. Para disfrutarlo, la experiencia estuvo "bien", pero lejos de lo que se esperaría de este restaurante de renombre mundial.
Por unos 1000 € por persona (incluyendo vinos caros que elegimos nosotros mismos), fue una noche cara. Si sumamos el menú (280 €) y un maridaje moderado (aproximadamente 120 €), el resultado final es de unos 400-450 € por persona, un precio con el que se puede comer a un nivel mucho más alto en muchos restaurantes de primera categoría del mundo.
Valoración:
Objetivamente, le daría entre 4 y 4,5 estrellas sobre 5. Algunos platos eran excelentes, pero el servicio y la consistencia presentaban claras deficiencias. Cinco estrellas serían excesivas considerando los defectos, pero menos no haría justicia a la calidad de la comida.
El Asador Etxebarri es, sin pensar en el título de "n.º 2 del mundo", un restaurante muy bueno, con raíces regionales y una artesanía excepcional. Con esas expectativas, me habría encantado. Con la calificación de "segundo mejor restaurante del mundo", me decepcionó.
Michael Urban
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21 Octubre 2025
8,0
Un maestro de la parrilla absolutamente legendario en las colinas sobre Bilbao
Jeffrey Merrihue
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20 Octubre 2025
10,0
He estado varias veces en este restaurante y con mucha pena tengo que decir que esta ultima vez fue una decepción. Nos cambiaron parte del menú porque se les había terminado parte de lo que estaba previsto (por ejemplo, las gambas), sin ninguna explicación. Claramente estaban sobrepasados por la cantidad de comensales que aceptaron. Tengo la sensación de que morirán de éxito si siguen así. Pagas 280€, no es una broma, y claramente no estuvieron a la altura.
marisa p
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23 Junio 2025
8,0
En Asador Etxebarri, en el corazón del País Vasco, la innovación es silenciosa pero profundamente poderosa. Aquí, el fuego se convierte en un lenguaje, y el humo en una firma inequívoca del chef Arguinzoniz, un verdadero alquimista de la parrilla. Es una experiencia intensa y auténtica, memorable no solo por sus sabores sino por la profunda conexión que forja entre la comida, el fuego y la persona que lo saborea.
Los platos pueden parecer simples, pero cuentan historias complejas de la tierra, la técnica y un profundo respeto por las materias primas. El menú actual es un viaje de temporada con gemas como gambas rojas abrasadas, delicados guisantes lagrimales y el famoso ojo de costilla seco y envejecido, todo preparado con un control casi espiritual de la temperatura y la cocción. La comida concluye con un helado de leche ahumada que encapsula la poesía del lugar.
David NY
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10 Junio 2025
10,0