Envalira Restaurant en Barcelona

Un lugar del barrio de toda la vida que por tristeza ya quedan muy pocos. Todo impecable. Calidad - precio y servicio.

Un clásico de Gracia. Disfrutarás de buena comida en un ambiente relajado y un servicio de 10. Si vienes por Gràcia tienes que entrar.

La comida fue sencillamente espectacular. Pedimos del menú del día: el carpaccio de bacalao se deshacía en la boca, la paella de marisco estaba increíble.

Esperaba más. La comida está bastante bien, pero no es excelente. Mesas muy apretadas y servicio mejorable.

¡Estaba riquísimo! El personal hablaba inglés, así que la comunicación fue perfecta. Pedí paella y sin duda volvería a probar el menú completo.

Me encanta recomendar este sitio, la verdad es que si pasas por el barrio de Gràcia merece mucho la pena. No es nada complicado de encontrar, así que puedes ir sin miedo a perderte. Tienen una carta con muy buen surtido, pero donde de verdad destacan es en la cocina mediterránea; te aconsejo que no te vayas sin probar su paella, es un auténtico lujo. Cuando pienso en lo que ofrecen, desde la comida y el trato del personal hasta el ambiente acogedor que tienen y lo bien situado que está, la relación calidad-precio me parece increíble. Los platos, que son realmente buenos, suelen costar entre treinta y cuarenta y cinco euros, y además admiten tickets restaurante, lo cual es una ventaja. Eso sí, para evitar esperas, es mejor que reserves mesa con antelación. El lugar está decorado con mucho gusto y detalle, creando un ambiente familiar estupendo; de hecho, he visto las fotos que comparten en sus redes sociales y dan una idea perfecta de lo genial que es.

A pesar de estar a tope, servicio rápido y comida muy buena

Comimos el día de la Diada bajo reserva, era nuestra primera vez y nos encantó, de Primero compartimos boquerones fritos y luego paella marinera para dos, la verdad que riquísimo todo, repetiremos!!!

Esta gente me puso un plato de comida delante que me dieron ganas de abandonar mi casa y mudarme con ellos. Los visité en febrero. El recibimiento fue cálido y sincero, a pesar de estar muy, muy llenos. Se oían voces catalanas y españolas por todas partes, sin turistas aparte de nosotros. Familias y parejas locales llenaban el lugar. Mi hija pequeña comió una paella de primera. Yo pedí un plato de arroz negro con marisco y casi me derretí en la silla. Era justo el tipo de comida honesta y absolutamente deliciosa que buscaba en Barcelona. Le pedí al camarero una copa del vino que quisiera acompañar el plato y me sirvió el maridaje perfecto. No se aprovechó de la petición como hacen muchos restaurantes. Me sirvió un vino modesto que maridaba a la perfección con la comida. No tengo palabras para elogiar este lugar. No es estridente, no es tacaño, no se destaca por sí mismo. La comida lo consigue. Estuve tres días en Barcelona y aprovechamos al máximo nuestro tiempo. Pero este lugar es el primer recuerdo que me viene a la mente cuando pienso en nuestra estancia allí. ESO era lo que buscaba.

En poco tiempo lo he visitado dos veces. Comida casera muy bien elaborada y bien servida Recomiendo la paella con queso " espectacular " Precio muy correcto