Enotaberna Posada del Leon de Oro en Madrid

Fuimos a la Posada León de Oro a tomar una copa de vino y nos gustó mucho. En plena Cava Baja, servicio amigable y buenas gildas, además de una amplia selección de vinos. Vimos que también tienen carta pero no nos quedamos para cenar. Volveremos

Excelentes habitaciones y amabilidad del personal Muy recomendable

Bien situado, diseño moderno y platos bien preparados. De precio no está mal tampoco

Hoy hemos comido hemos comido un cocido madrileño muy bueno en calidad y cantidad...resaltar la atención muy buena por parte de todos pero en especial de Sofí, muchas gracias

El diseño del restaurante es increíblemente creativo, conservando el auténtico encanto de la ciudad a la vez que incorpora una estructura cuidadosamente construida. La comida es sabrosa y satisfactoria, y el servicio es cálido y acogedor. Una experiencia equilibrada que combina a la perfección ambiente, sabor y hospitalidad.

No estuve en el Hotel, fui solo al Restaurante y he quedado encantada con la comida es excelente, comi un cocido que estaba exquisito, todo estuvo riquísimo y la atención fenomenal, la camarera Julia es un encanto y muy buena profesional, estuvo pendiente de todos los detalles y me sentí como en casa, la felicito por su muy buen servicio, además el sitio es muy bonito, si vuelvo a Madrid pasaré por allí otra vez

Entramos de casualidad el pasado domingo a su restaurante,tres persona, íbamos sin reserva y nos atendieron enseguida. Nos ofrecieron cocido fuera de carta, estaba buenísimo, mucha cantidad y con posibilidad de repetir. El trato de Julia, y otra compañera (no pregunte el nombre) inmejorable, muy atentas. Sin duda repetiremos para probar otros platos de la carta. Da gusto encontrar sitios así.

Lo hemos encontrado de casualidad, hemos comido hoy 5 personas 2 de ellas celíacas y las dos camareras nos han atendido estupendamente e informado de todo lo que podían y no comer , el servicio maravilloso, los platos excelentes y ahora vamos a por los postres .

Recordemos que es una Posada de 3 estrellas, empezando por ahí vamos a la reseña. La Posada está situada en cava baja, cerca del mercado de San Miguel, Plaza Mayor, plaza del Sol, en pleno centro. La calle es de hostelería entera, puedes encontrar de todo, hasta una tienda de alimentación donde comprábamos el agua, ya que la del grifo sabe a rayos, y es la que te ponen en el desayuno, fatal. El suelo en la zona del restaurante es de cristal y deja ver las antiguas ruinas, todo un detalle. La habitación muy bonita, está renovado con gusto, es una corrala de 3 plantas. Nuestra habitación tenía bañera jacuzzi en la habitación, en frente de la cama, la ducha y el váter separados por una puerta de cristal corredera, poca privacidad pero había confianza 😉 El servicio regular, cuando llegamos nos atendió un chico joven al cual le importó poco que viniéramos chorreando, y si hablarnos y con nuestros DNI tardó un rato en el ordenador, yo empecé a molestarme y cuando nos pidió tarjeta de crédito por si rompíamos algo, ya que la reserva estaba pagada, le contesté regular, aunque sé que suelen pedirla. Subimos a la habitación y encantados, luego comprendí que lo del baño en la habitación no es tan buena idea porque olía a cañería por la noche 🤦🏻‍♀️ La ubicación genial como ya dije. Tuve que pedir Hervidora y me la dieron en recepción al igual que la plancha. El desayuno era incluido, te tenías que desplazar a la Posada de al lado, la del dragón, esto nos lo dijo otra chica de recepción, porque el que nos atendió a la entrada no lo hizo, ni nos dió el password de la WiFi. El desayuno mal, no es el típico buffet, hay que pedir la comida caliente y las bebidas calientes. No tenían bollería, ni un triste donut o napolitana de chocolate, nada, yogures, cereales, un poco de salado, ni jamón York o serrano. Pan normal o integral y poco más, decepcionada pero bueno, y encima salir a fuera, que nos ha caído toda la lluvia del mundo en 3 días 🤦🏻‍♀️. Por la noche abrían el restaurante y las voces se escuchaban hasta Nuestra habitación, la 3ª planta, y el olor a comida a las 11 de la noche tampoco agradaba. En resumen, limpio, renovado, ubicación perfecta si quieres visitar el centro de Madrid, no si buscas tranquilidad y silencio, la calle por la noche llena de gente de fiesta, voces y cantos, juventud normal.

Hemos comido hoy 5 personas, 2 de ellas celíacas,y no nos ha podido gustar más. Tanto la calidad de la comida como la amabilidad de las dos camareras del comedor. Nos han recomendado y explicado todas las dudas. Sin duda, uno de los mejores restaurantes de Madrid.