Elx en Barcelona

Fui a este lugar ayer, recomendado por un amigo, con amigos. Éramos 14, comimos dos tipos de paella ricas en todo, jamón español, entrante de pescado, bruschetta cuyo nombre no recuerdo, excelente vino y excelente postre, vayan, todo estuvo bueno. Personal amigable.

La comida muy correcta. El servicio y el trato un 10. Me ha pasado un día fantástico. Especial reseña en Lin que tiene un humor de 10

Cuando uno va a un restaurante histórico con 6 amigos de toda la vida espera que la comida esté acorde con los recuerdos que uno guarda sobre ese sitio. En eso estábamos cuando nos atendió una camarera china (Lin) que parecía un mal augurio para nuestra comida. Todo lo contrario! Lin habla un castellano aceptable, pero tiene dificultades con el manejo de la tablet con la que ordena los menús 😂. Pero eso no es lo importante. Ella, Lin, ha hecho, junto a su compañera Rocío, que nuestra celebración sea inolvidable. Da igual la calidad de la comida, que no era mala. Ha sido descubrir como una persona con una cultura tan diferente nos ha hecho reír, disfrutar y convertir una reunión de amigos en una verdadera fiesta. Gracias Lin y gracias Rocío. Habéis hecho que nuestra comida sea inolvidable.

Todo muy bueno el único pero es Q los postres son un poco caros.

Un muy buen restaurante con comida deliciosa. Una visita obligada. Recomendado a mí por el Hotel. Lo recomendaría altamente.

La mejor paella de Cataluña. Recomendación. Es un lugar agradable, por lo que conviene reservar mesa con antelación.

En los 28 años que llevo viviendo en Barcelona he visto como está ciudad a pasado de recibir demasiado turismo a tristemente convertirse en lo que a día de hoy y desde hace ya mucho tiempo es, un parque temático, un parque temático en el cual todo está enfocado a sacarle todo el rédito económico posible a los turistas que hoy son unos, mañana otros y no se acaban ni se repiten nunca con lo cual, se les puede dar de comer poco, mal y caro. Para quienes nos gusta la gastronomía y comer bien esto a supuesto que actualmente con los dedos de una mano pueda contar los restaurantes que conozco en toda la ciudad donde aún se puede comer muy bien sin pagar precios estratosféricos y este es desde hoy que he ido por primera vez, uno de ellos. Para más datos: una mmmuy buena paella (lo más difícil de encontrar en Barcelona) para dos personas más que bien de cantidad, una ensalada, nueve exquisitas croquetas de jamón, deliciosa tarta casera de chocolate, agua, coca cola y café por 72 Euros. En Barcelona es ya muy difícil como bien sabemos quienes vivimos aquí, no pagar lo mismo o mas por además no comer bien y por paellas que ni se acercan a la que hacen en este restaurante, así que lo recomiendo totalmente.

El mejor restaurante en Barcelona. Restaurante de un Valenciano que vino a Barcelona en 1959. Los hijos son los dueños actuales. El mejor servicio y mejor comida. Se los recomiendo 100%.

Fuimos a comer ya que mi pareja iba a menudo de pequeño y quiso recordar viejos tiempos, pero como en todo, las cosas cambian. De entrante pedimos unos mejillones a la marinera que si bien es cierto que no estaban malos, el sabor parecía que no estaba bien ligado. La sensación era de que por un lado habían hecho los mejillones al vapor y por otro lado la salsa marinera (totalmente líquida) y finalmente habían metido los mejillones dentro de la salsa a la hora de servir. No estaban malos, pero sin duda pueden mejorarse mucho. De primer plato pedimos una paella de marisco que también estaba un poco insípida. No es de las peores que hemos comido, pero tampoco repetiríamos. El arroz se notaba seco. Finalmente de postre pedimos un coulant de chocolate que quizá fue lo mejor de la comida. Respecto a eso, 0 quejas. Nos dejamos 70€ aprox entre dos personas con un refresco y un agua. En conclusión, no es un sitio horrible, es aceptable. Pero para la calidad del restaurante, esperábamos más de la comida. No repetiremos.

Después de un pequeño problema con la paella y sugerirnos hacernos otra y esperar 20 minutos más , creo , que nos sirvieron la misma , pues las cigalas y las gambas venían con un color más tostado y secas debido a un segundo golpe de horno