El Viajero en Madrid

Fuimos dos personas a la hora de comer, quizás un poco pronto para tratarse de la península. No nos pusieron pegas y nos dejaron sentarnos sin reserva, a diferencia de la mayoría de los sitios de la zona. El establecimiento cuenta con tres plantas, muy diferentes entre sí. Una de ellas es una azotea al aire libre, cuyo techo está cubierto de vegetación. Fue en esta última donde nos sentamos; he de reconocer que, si se está allí durante mucho tiempo, puede hacer frío. En cuanto al servicio de camareros, fueron algo lentos y despistados, pero muy amables y serviciales. La comida está exquisita, aunque es una pena que se enfríe tan rápido. Cabe destacar la tortilla de patata, muy típica del local, cuyo tamaño puede decepcionar al principio. Sin embargo, recomiendo no hacer caso de esa impresión inicial, ya que es bastante contundente. También quiero mencionar las croquetas, que tienen un rebozado que recuerda al de los churros, pero con una bechamel única.

¡Muy buen bar! Nos alojamos en la azotea y el ambiente era genial. Las bebidas y la comida eran buenas y el personal era amable. Consejos: si tienes mucha hambre, disfruta de las tapas sin parar. El plato principal no fue tan bueno como aperitivo, las porciones son las mismas excepto por el precio.

Establecimiento hostelero con solera , en Madrid , frente al mercado y en la acera del teatro La Latina . Local con decoración agradable en su interior , amplia terraza exterior y una fachada de interés , con placa y vegetación . Buenas propuestas en carta , precios normales para la zona y buena atención .

Un lugar diferente en el centro de Madrid. La carta no es muy amplia, pero de calidad. Terraza con mucho encanto y camareros super amable.

Recomendable para comer y también para tomar algo en el barrio de La Latina, sobretodo en la terraza superior, pero dentro está muy bonito y acogedor también. Camarera super amable

Un lugar para descubrir con mucho encanto y una carta muy agradable.

Lugar sólo recomendable para tomar una copa, disfrutar de la vista e ir a cenar a otro lugar.

Mi pareja y yo fuimos a tapear por Madrid y probamos este restaurante, la verdad que nada del otro mundo las tortillas las hemos probado mejores, pero está bien para picar algo. La atención de los camareros es agradable, pero se les nota agobiados. Arriba tiene una terraza con unas vistas muy bonitas.

O terraço vale muito a pena uma visita, com sombra e cheio de verde. Otimo local para tomar uma cerveja ou um tinto de verano.

Una decepción camareros mal educados empezando por la señora que está dentro de la barra que es la dueña o encargada caro para la cantidad que ponen cocina regular la tortilla pasable no lo recomiendo