El Gordo y El Flaco la Bona Cuina en Bétera

Raciones un poco escasas, por lo demás, un 10. Recomendable.

Como era de esperar no nos decepcionó, fuimos sin reserva y no atendieron enseguida..la comida buenísima sobre todo el arroz con sepia sucia..es cierto que justo donde nos sentaron es un poco agobiante por lo cerrado y estrecho, no tiene iluminación y no es nada bonito pero bueno con la comida y el servicio tan excelente esta muy bien..

Un servicio exquisito, la comida está muy buena y las cantidades abundantes. Es un sito para ir tanto a comer del día a día, sabiendo el precio! como para una celebración.

Un lujo gastronómico que marca la diferencia. “El Gordo y el Flaco” demuestra lo que significa un restaurante de nivel: cocina de autor con sello Michelin, atención impecable y un espacio de diseño que respira elegancia. Desde los buñuelos de bacalao, ligeros y exquisitos, hasta el entrecôte servido en su punto perfecto, las gambas marinadas frescas y delicadas, y las alcachofas al foie que elevan el paladar, todo es un viaje sensorial inolvidable. La atención del equipo es otro de sus sellos: cercana, precisa y con un ritmo de servicio que acompaña la experiencia con naturalidad y lujo. Y es aquí donde la comparación habla por sí sola: con un precio idéntico al de “El Porteño”, donde la experiencia resulta patética, sin cuidado ni alma, “El Gordo y el Flaco” se convierte en la elección indiscutible para quienes buscan excelencia real. Un restaurante que justifica cada euro invertido: lujo, diseño y alta cocina en estado puro.

Fuimos a cenar 4 personas, el local es bonito y elegante. Pedimos las bravas del local, pulpo a la brasa con patata y calamar a la brasa, la verdad que estaban fabulosos, tenían muy buen sabor. Después, pedimos chuletas de cordero, nos esperabamos más sabor. Respecto el entrecotte de 500 gramos debo decir que estaba fabuloso, un sabor increíble, súper bien presentado y apetitoso. Por último, pedimos un helado de stracciatella, estaba muy bueno también. La verdad que la comida estaba fabulosa, gran sabor y súper apetitoso. Debo decir que reciben con papas y almendras, es un detalle, también el restaurante invita a unas empanadillas de tómate con cebolla recién hechas que están muy ricas. Debo destacar la amabilidad de los trabajadores, siempre estuvieron atentos y de manera muy educada, sobretodo destacar la atención de Fernando el cuál se preocupó para que todo estuviera a nuestro gusto junto con una gran profesionalidad y amabilidad. Volvimos una segunda vez y fue tan bien como la primera, las croquetas de chipiron y bogavante las recomiendo mucho y el solomillo de vaca gallega con foie está espectacular. Tanto Fernando como sus compañeros nos atendieron genial, seguro que volveremos en el futuro :) Efectivamente volvimos en el futuro y esta vez probamos el buñuelo de bacalao y el chuleton, ambos estuvieron súper ricos. Agradecer también a Jonathan el cuál nos atendió súper bien, un gran profesional. Mucho gusto volver a este sitio y de la mano de Jonathan mejor todavía.

Hemos ido a cenar 4 amigas, el salón es bastante acogedor y el ambiente es tranquilo para mantener una buena conversación. La comida muy buena, a destacar el chuletón y la tarta de manzana, aunque por sacarle alguna pega, los trocitos de manzana son demasiado finos. Los empleados muy amables y atentos. Había oído hablar mucho de este sitio, está bastante bien.

Conozco este restaurante desde hace años y hacía tiempo que no iba y ya no me llamo tanto la atención . De hecho recordaba muy bien el tataki de atún y esta vez no me gustó nada. Pedí manitas de cerdo y llevaban más alubias y chorizo que manitas. Las chuletillas estaban ricas y la ensaladilla también

Es brutal! Está todo excelente. Es que no hay mucho más que decir. Merece totalmente la pena.

Excelente comida y servicio . Muy atentos y la comida excelente . La comida fresca y buenísima . Muy cerca de donde nos estamos quedando Lo volveré a repetir .

Llamé un lunes por la noche para reservar una mesa para dos personas, pidiendo específicamente una mesa en un rincón para tener un poco más de privacidad. Para mi sorpresa, me dijeron que solo había mesas disponibles en el centro del local. Me resulta difícil de entender, siendo un lunes por la noche, cuando normalmente hay muy poca demanda. No creo que sea una petición tan complicada como para no poder cumplirla en un momento de baja afluencia. La atención telefónica fue correcta, pero la falta de flexibilidad y consideración hacia el cliente deja mucho que desear. Que por esta razón no fuimos a cenar, acabando en otro sitio que no tuvo problemas.