El cisne azul en Madrid

Todo riquísimo y servicio muy rápido

¡Muy buena comida! Cometieron un error con nuestra factura y nos cobraron más de lo que teníamos, pero corrigieron el error tan pronto como se lo dijimos. Por supuesto, las setas son imprescindibles.

Comimos dos personas: flores de calabacín, niscalos con huevo de corral, otro tipo de setas con gulas, tres cervezas, una ración de tarta de queso y dos cafés. Pagamos 85 euros. La comida y la atención: excelente. El local es pequeño, con las mesas muy juntas y un tanto incómodo. A la pregunta, recomendaría este restaurante? Respondo: si, por la comida. Si te gustan las setas, este es tu restaurante.

Buen asesoramiento, comida con sabor para disfrutar.

un pequeño restaurante pero con comida genial, la atencion insuperable, la comida extraordinaria, especialistas en Setas, hongos y demas...

Buenísimas setas de temporada. Raciones generosas. Los boletos, las amanitas cesáreas y las rebozuelos buenísimos y suficiente cada ración para compartir entre tres. Además, para aquellos que no les gusten las setas hay otras cosas, nosotros pedimos pulpo buenísimo. De entrante pedimos calabacines con queso y ensalada de tomate con ventresca.

La calidad no es mala,pero las raciones muy pequeñas para el precio.

Vi las buenas críticas de este lugar y quise probarlo por mí mismo. La comida era realmente buena, me encantan especialmente los boletus con foie gras. Sin embargo, tal vez soy un extranjero comiendo solo sin reservas, o entré casi a la hora de cerrar a las 3 de la tarde, o tal vez podría ser la barrera del idioma, el camarero era "demasiado atento" y siempre estaba apurado tratando de conseguir mis platos vacíos. lejos. Por ejemplo, cuando recién terminé mi último bocado, me pidió que se llevara mis platos de inmediato porque todavía estaba masticando. Aunque la comida era realmente buena, probablemente no regresaré porque siento que el camarero tenía prisa por sacarme, lo que me hizo sentir muy incómodo.

He estado varias veces a lo largo de los años. Creo que va a peor en líneas generales. Las setas, eso sí, muy ricas. Comimos unas amanitas con yema y estaban sabrosas y en su punto. El cocinero, que se apaña él sólo con todo, es un crack. Hubiéramos comido más raciones pero el mal detalle del camarero, que no nos quiso sentar en mesa cuando había mesas vacías y que acabaron comiendo menos que nosotros, nos molestó. 24 euros la ración de amanitas, caro para la cantidad y teniendo en cuenta que te las comes en la barra (es un bar pequeñito de toda la vida con muy pocas mesas). El pan, muy malo y revenido. Un lugar que vivió tiempos mejores.

El Cisne Azul es bastante pequeño, refrigerado por su aire acondicionado y, al carecer de cualquier diseño interior interesante, de hecho, tan simple que se sentía clínico. Llegué bastante temprano para los estándares de Madrid, pero la gente empezó a llegar poco después, y empezó a llenarse, pero rápidamente me dio la impresión de que preferían no servir a los extranjeros. Entonces, ¿por qué los madrileños llegaban después de que me sirvieran comida de verdad mientras yo todavía estaba esperando para pedir? ¿Por qué otras mesas recibieron un plato de aceitunas y no yo? ¿Por qué tuve que pedir pan? ¿Por pimienta? Bueno, entonces en España, cuando sirven una copa de vino, los camereros llevan la botella de vino a la mesa y luego la sirven - ¡no pesas y medidas aquí! - pero la medida que me sirvieron parecía claramente mala en comparación con cualquier otro lugar donde he cenado. Me sentí incómodo desde el momento en que llegué. La gracia salvadora fue la comida que pedí - mezcla de setas (el variadito de temporada) con yema de huevo (una mezcla de hongos de temporada con un huevo frito) - que era excelente, aunque caro, para lo que era. Esta zona de Madrid está llena de bares y restaurantes maravillosos que son animados, acogedores y exudan ambiente, por lo que mi consejo es que, si eres extranjero, evites este lugar y dejes que los madrileños se lo queden. Ciertamente nunca volveré.