El Bierzo en Madrid

Comida casera preparada con cariño y trato verdaderamente familiar y cercano. Solo se puede pedir que sigan otros 50 años porque sitios así son un milagro.

Es uno de los lugares que, literalmente, ya no quedan en Madrid. Comida casera con menús del día incontestables. Gran relación calidad precio y nada de florituras. Aquí se cocina como lo hacían nuestros abuelos: con fundamento. El trato es familiar y muy educado y estarás rodeado de gente sin pretensiones y con mucha alma. Lo dicho. De lo que ya no queda. Admiten perros.

Desde mi punto de vista, menú caro y escaso. Comida muy rica

Un restaurante, donde lo importante es el cliente y la comida de primera calidad, productos frescos bien elaborados y precios ajustados.

Que rico menú de mediodía , típico restaurante madrileño no muchos quedan así .

Un sitio donde comer como en casa. Platos para saciarte. Atención familiar. Familiar, bueno, limpio. Menu 16'50 h. Muy recomendable reservar.

Es un restaurante bastante impredecible. Mi novia pidió bacalao y yo escalopines de cerdo. Su comida estaba increíble, la mía no me gustó nada; sabía a carne congelada. Además, las raciones eran pequeñas. Los precios son asequibles, pero la relación calidad-precio es muy variable.

Comida casera auténtica en pleno barrio de Chueca. Comimos su menú de 16€ un sábado al medio día: bebida, dos platos, postre y pan. Se nota que es un negocio familiar en la excelente eficacia del servicio.

Local tradicional en el centro de Madrid, en concreto en el variopinto barrio de Chueca. Está regentado por Miguel, su propietario, un “adicto” a la hostelería que trata al cliente con cariño y esmero; a pesar de su avanzada edad, unos 84 años aproximadamente sigue al pie del cañón; nos comentaba su cuñada, que el Restaurante es su vida ❤️. Pedí en el día de ayer del Menú de 15,50 €uros, pues también lo tienes 17,50 €uros, o bien elegir de la carta, pisto manchego con huevo frito, escalopines de lomo ibérico y de postre natillas; del pisto me hacía recordar a los que preparaba mi madre en el Restaurante, muy rico, quizás algo soso de sal; el escalope se deshacía en la boca, muy en la línea de los schniztel de Viena, aunque en arroz blanco que le acompañaba algo seco; de postre, unas natillas caseras, que no fallan, deliciosas. El local es antiguo, con encanto, y los camareros, tanto Miguel, el propietario, Mari Carmen, su nuera, atienden al cliente con mucha amabilidad. Es un Reataurante tradicional, de esos que no deberían desaparecer, que si vas los fines de semana es mejor reservar. Del precio del menú o carta, está en la media de la capital, viendo los precios tan desorbitados que han tomado algunos locales. Sin duda, volveré!

Fui con mi esposa a comer el sábado a este restaurante. Había dos tipos de menús, uno a 16,50 € y otro a 18,50 €. Los dos incluían varios primeros a elegir, varios segundos, pan, bebida y postre. Había reservado previamente, cuando llegamos a las 14 horas, estaba casi lleno. Tomamos el menú de 18,50 €, de primeros tomamos: Revuelto de ajete y champiñones con jamón. De segundos: salmonetes fritos y fritura de pescado. Dos tercios de cervezas y de postre: natillas y compota de manzana. Todo muy rico y el servicio muy rápido. Un buen sitio para comer.