El bar en Valladolid

La terraza de El Bar es muy acogedora porque está situada en un callejón. Atención amable, buenísimos alimentos, calidad. La carta es bastante exclusiva y el precio razonable. No se pierdan la hamburguesa de vacuno con queso raclette. Insuperable. Y es casi lo más sencillo de la carta... He vuelto con un grupo de amigos tras bastante tiempo sin entrar al restaurante, (sólo en barra) y debo decir que el precio es más que excesivo para la cantidad de comida que aparece en el plato. Hay locales muy cercanos donde se come IGUAL de bien por más cantidad y bastante menos dinero. No puede ser te cobren por el pan sin preguntar, que una ensalada de Maruja para compartir cueste 15 euros el plato (dos puñados), o que la ensalada de escabeche sea ridículamente pequeño en un plato alargado por 20 eurazos; el rape más bien aguado que alangostado, muy bueno el brioche pero 3,5 por un dedo de pan (siempre la cantidad o el tamaño es el problema)... Lo mejor la tarta de queso o la oreja, pero es imposible un menú así si lo que quieres es comer bien. Entiendo la expectación en el mundo de la restauración, pero es demasiado para dos bocados por plato/ persona. Insisto, más que excesivo para tratarse de un bar con cocina, aunque buena calidad en muchos productos. La cantidad es imposible de sostener.

Somos de Valladolid de siempre, pero vamos, que estáis a años luz de servir a los clientes. En El Bar se come muy bien, y se bebe mejor. La cocina (Sergio, you rock it) funciona como un reloj pero, ay, amigo, la sala es otra historia. Poco HUMOR, poco CARIÑO, poco TODO. Esto merece un análisis. Y más AMOR. Valladolid no significa ser borde, mon amour…

De las mejores comidas que recuerdo. Perdiz escabechada, callos, canelón de liebre y trufa y arroz. Además de la cocina, tienen una bodega brutal. Roberto, el dueño, muy simpático. Servicio profesional, del que ya escasea.

Tomamos arroz con rape, escaso pero bueno. Compartimos, para dos, medallones de ciervo, también escasos pero buenos . El postre fue tarta de queso compartida que estaba muy rica. Tomé 2 copas de vino a 7€ la unidad y el servicio de agua de grifo y pan, que no pedimos a 2,5€ por persona. Total 125 €. El servicio muy atento. Creo que no repetiremos.

He leído sobre este restaurante y lo sigo en Instagram por lo que estaba con muchas ganas de visitarlo. En distintos viajes a Valladolid lo había intentado pero por circunstancias no lo había logrado. En una estancia un poco más larga, hemos podido reservar mesa y por fin… pero lo cierto es que no había intentado sido como esperábamos. Comer, hemos comido, pero me o nos hemos encontado una carta muy justa. Si soy sincero al ver la carta nos hemos quedado fríos… Nunca suelo comentar la cantidad de comida de los platos, pero me ha parecido escasa, especialmente en los platos principales. A esto se une la mesa asignada. En este caso voy a ser muy crítico, hubiera preferido no tener reserva. Mal situada (junto a la puerta de los baños y ls cocina), en una zona de paso entre dos comedores (parecía que estábamos castigados). Si con la carta nos quedamos fríos, cuando hemos visto la mesa nos hubiéramos marchado. Algo que me ha chocado es que “en ningún momento nos han preguntado si hemos comido bien” sorprendente !!! Suelo ser sincero en los restaurantes y esto mismo que estoy escribiendo, se lo hubiera dicho de tener la oportunidad. Lógicamente si no me preguntan… Como he puesto en el título, pero esta vez lo pongo en plural “desilusionados”

La comida y el servicio son impecables, pero la oreja... superior. Sitio para repetir

Han bajado la calidad y subido los precios, una pena.

Un restaurante para nada barato con luces y sombras. Las cigalitas increíbles al igual que los callos, perfectos. Sin embargo las mollejas de ternera estaban incomibles y los chipirones duros y correosos. El personal que es escaso no puede atender con la diligencia que se precisa a todas las mesas. Deben mejorar

Buenos precios y bar céntrico muy típico de tapas

Era la primera vez que iba y me ha encantado. Pedimos unos entrantes para empezar. Ensaladilla, muy buena. Fuera de carta setas de temporada y una ensalada de escabeche que estaba de muerte. De primero, elegimos un rodaballo de 2kg para cuatro personas cocinado con una mantequilla con especias, que estaba increíble (y soy más carnívora). El mejor rodaballo que he pedido en mi vida. El precio no es barato. Salimos a 135 euros por pareja. Pero no es discutible ya que es buen producto, cocinado con detalle y el trato y servicio es profesional. Te cambian platos y cubiertos en cada entrante. Fue una cena estupenda que recordaremos y lo recomiendo totalmente.