El 51 Del Sol en Aranda de Duero

Estuvimos comiendo un grupo de amigos el trato exquisito, buenos vinos y buenas opciones de picoteo, los torreznos estaban fabulosos no te pierdas de postre su tarta de queso ganadora de un concurso, de las mejores que he probado

Fuimos a comer. Todo muy bueno. Servicio bueno Un gran acierto

Un sitio sorprendente en Aranda de Duero. Comida deliciosa, el servicio súper profesional. Y un ambiente estupendo, para ser un día de diario. Ya hemos repetido y seguiremos....

Comida excelente de primera calidad el rodaballo espectacular Recomendable 100x100

Nos dejamos recomendar por el equipo de sala y acertaron de pleno: platos bien pensados, producto fresco y puntos de cocción perfectos. Como guinda, nos propusieron un vino de una bodega local que no conocíamos y fue un auténtico descubrimiento para todos. Servicio cercano y con buen ritmo entre pases, ambiente agradable y precio muy correcto para la calidad ofrecida. Salimos encantados y con ganas de volver. Muy recomendable.

Me encantó, amables y muy buena comida.

Excelente lugar, muy rica la comida, las porciones son abundantes

Platos con muy buena presencia y generosos. Comimos ensalada de huerta con verduras plancha, bandeja de verduras braseadas, bacalao al pil pil y cuarto de cordero. De postre, flan de huevo y regaliz Ambiente cuidado que combina tradición y modernidad

Una experiencia culinaria refinada en El 51 del Sol en Aranda de Duero Visitamos El 51 del Sol un domingo por la noche. Aunque el comedor principal estaba cerrado, ofrecen la opción de cenar en la zona del bar, un espacio cómodo, tranquilo y agradable, con bastante ambiente. El personal fue atento y eficiente, y el servicio fue impecable en todo momento. Pedimos varios entrantes: una tabla de quesos, croquetas de boletus y croquetas de txipirón (calamares), todos excelentes. Después compartimos una ensalada de la huerta fresca y perfectamente elaborada, seguida de cocochas al pil pil y un guiso de pichón. Todos los platos eran excepcionales tanto en sabor como en presentación. De postre, probamos el flan de leche de cabra con helado de regaliz: una auténtica delicia, creativo y delicioso. La carta de vinos ofrece una excelente relación calidad-precio. Elegimos El Holgazán de Bodegas Marta Maté, un vino tinto fresco y afrutado que maridaba a la perfección con la comida. Fuimos sin reserva y nos alegramos de encontrar mesa. Muy recomendable para quienes buscan cocina refinada y un servicio excelente en Aranda de Duero.

Todo ha sido excepcional. Una maravillosa sorpresa. Personal muy atento y con sugerencias muy acertadas. Los vinos, los entrantes, el postre… todo.