Eiffel en Madrid

04/02/2025: Cada día un menú diferente. Los fines de semana, por muy agradables que sean, los enriquecen con otras recetas más suculentas. Volviendo al Madrid de antes, disfrutando de un producto de primera que el propietario/cocinero se encarga de buscar por todo el país en huertas ecológicas, granjas familiares. Tienes que visitarlos. Un descubrimiento de mi última visita a Madrid 😍

03/02/2025: Comimos en Rambal la segunda semana de enero porque habíamos leído en el Comidista a Mikel López Iturriaga calificar a este restaurante como el mejor de Madrid en 2024. Un menú por 19,90 € con platos muy abundantes de cuchara y buen producto. Fue una decepción total. Para empezar, los 19,90 € se habían convertido en 25 €. En lo que tenía razón era en la abundancia de los platos, excesiva. Una enorme ensalada y un perolo enorme sorpresa. Del menú lo único que se salvó, a mi juicio, fue el pequeño entrante de pimientos cristal con AOVE (con los cristal es difícil fallar aunque sean de Alsasua en lugar de Puente la Reina 🥴). Luego una ensalada enorme con una delicada lechuga, tomate y cebolleta estropeada con un exceso de pegotes de queso azul que borró el sabor del resto. Demasiado queso azul. Y el enorme perol de patatas a la riojana, también con "buenos productos", demasiado fuerte por exceso de pimentón. Del chorizo ¿o añadido? El sitio es un poco estrecho si te toca una mesa alta. Y hay un gran interés del cocinero por decir el origen de cada "buen producto". Qué más da que los tomates sean de Granada y las cebolletas de Leganés si al final le pones un queso de Gijón que tapa todo el sabor de la ensalada? O que el chorizo sea de Ezcaray y las patatas de Málaga, si sobre todo lo que prima es el exceso de pimentón. El postre sí se puede elegir y nos decantamos por un flan y una torrija. Al final nos quedamos con dos torrijas porque la camarera viene a decirnos que el flan es de queso azul (y sin decirlo ya se sobreentiende que de queso azul estamos ya hasta el gorro). La torrija, para nuestra sorpresa, no es lo que más se parece a una torrija, es más bien un trozo de barra de pan empapado en leche y nadando en más leche en un cuenco, con la parte de arriba caramelizada y con un ligero coulis de algún fruto rojo; un postre fallido y soso. Una decepción. Cantidad pero no buena elaboración. Excesivo precio y sin bebida incluida. Desde luego no para repetir