Dulcinea en Barcelona

Almorzamos muy bien. Bueno y rápido servicio. Buen precio, en relación con la calidad.

¡¡¡Increíble!!! Estaba delicioso😍😍

Voy desde que era niña. La mejor época es ir en Diciembre, con frío y con los puestecitos de la catedral ya puestos. Entras en un local donde parece que se haya parado el tiempo, tiene su encanto. El chocolate está increíble, de los mejores de BCN. Sin embargo, los churros... los churros son otra historia. Eran duros, secos y sin sabor. No había crujiente, no había textura, nada que los hiciera destacar. Mejor escoger los melindros. La nata también está muy buena, por si se quieren pedir suizos. En resumen, si eres un amante del chocolate, esta “granja” es una buena opción. Pero si esperas churros de alta calidad, mejor busca en otro lado.

Una clasico en la calle petricho. El último reducto del gremio de chocolateros de Barcelona.

Una cola tremenda para entrar. El chocolate está bueno pero los churros no son nada del otro mundo. No entiendo que tanta gente estuvieramos esperando. Bastante decepcionado

Ubicada en el corazón de la Calle del Chocolate de Barcelona, ​​Granja Dulcinea es una cafetería tradicional con una larga historia que data de 1941. Con un clásico y cálido interior catalán que destaca por su opulencia, Granja Dulcinea ofrece un espacio acogedor donde podrá hacer una pausa y relajarse en medio del bullicio turístico. Su reputación reside, por supuesto, en su chocolate caliente. El chocolate no es solo una simple bebida; es chocolate derretido en sí mismo, denso y rico, con una profunda y armoniosa mezcla de sabores agridulces. Los churros, que se piden junto con el chocolate caliente, son finos, crujientes y no grasos, lo que los convierte en el acompañamiento perfecto para el rico chocolate. Además de los churros, también recomendamos probar los suaves Melindros. El personal es amable y podrá experimentar los auténticos sabores y el ambiente barcelonés que los barceloneses adoran desde hace mucho tiempo. Visítelo fuera de las horas punta para disfrutar de este histórico capricho a su propio ritmo.

Lugar emblemático en Barcelona para tomar churros con chocolate.

La Barcelona de antes, local acogedor donde tomar una buena chocolatada

El chocolate suizo está muy rico, como siempre. El trato fue correcto y, además, nos atendieron en catalán, algo que se agradece hoy en día y que cuesta encontrar en zonas tan turísticas. Lo único, el espacio entre mesas es bastante reducido y puede resultar un poco incómodo.

Sobre todo en invierno una deliciosa experiencia gastronómica. Chocolate, churros en un sitio acogedor, genial.