Don Giovanni en Madrid

Estuvimos el viernes al mediodía y la experiencia fue tan increíble que no pudimos resistirnos a volver el sábado por la noche. La comida es espectacular: las pizzas, especialmente la Andrea, y las pastas, como los espaguetis a la carbonara y los espaguetis con tomate cherry, son de otro nivel. ¡Y qué decir de los postres! El brownie con helado es el mejor que he probado, y el tiramisú también estaba delicioso. Sin embargo, lo que realmente hizo que nuestra visita fuera inolvidable fue el trato de Antonio. Su atención fue excepcional: cercano, amable y siempre atento a los detalles. Nos dio consejos increíbles (que él sabe cuáles son) y nos hizo sentir como en casa. Repetimos por él y volveremos por él. ¡Muchas gracias, Antonio, por todo! Un lugar y una experiencia que recomiendo sin duda alguna.

Desde el principio muy atentos con el cliente, comida italiana muy rica, platos elaborados y muy cuidados. Muy bien servicio.

Andrea Tumbarella me encanta cuando sale por televisión. Su comida está a la altura. Las pizzas fenomenales, con la masa fina y crujiente. Las pastas deliciosas, probamos carbonara y con trufa negra. Y los postres muy ricos, recomendable las milhojas con crema.

El servicio es perfecto, me ha sorprendido muchísimo tanto el trato como la comida. No tengo ninguna queja. Lo recomiendo al 100%

Si buscas los mejores platos de trufa de España, Andrea Tumbarello es un nombre que debes conocer. Andrea, chef italiana afincada en Madrid, domina el arte de utilizar trufas para realzar cada plato que crea. Su cocina combina los ricos sabores terrosos de Italia con los ingredientes locales de España, lo que lo convierte en una experiencia gastronómica inolvidable. Desde el primer bocado queda claro que el talento de Andrea reside en su capacidad para equilibrar el intenso aroma de la trufa con los delicados sabores de cada plato. Ya sea un simple risotto de trufa o una pasta con infusión de trufa más elaborada, cada plato muestra su profundo conocimiento de los ingredientes y la técnica. Realmente puedes saborear la pasión y la experiencia en cada bocado. Lo que distingue a Andrea es su atención al detalle: no sólo utiliza trufas como ingrediente, sino que las convierte en la estrella del plato. Su menú es un tributo al sabor lujoso y versátil de las trufas, y ofrece algo nuevo y emocionante tanto para los amantes de la comida sazonada como para aquellos que prueban las trufas por primera vez. Para cualquier persona en Madrid o España, visitar el restaurante de Andrea Tumbarello es imprescindible. Su habilidad, innovación y respeto por los ingredientes de calidad lo convierten en uno de los chefs más destacados del país. Una verdadera joya para los amantes de la comida.

La pasta rellena estaba buena, aunque es un poco escasa. La pizza estaba un poco insípida (también pues ser porque y hemos cogido una que no llevaba nada de carne, solo mozarella de búfala, tomate y canónigos). El panetone frito estaba bueno y helado de yogur que lo acompañaba estaba buenísimo. Lo único que destacaría es el precio de las bebidas, 9€ UNA COPA DE MOSCATO!!! Las Coca Colas 4€ y además te cobran 1,50€/persona en concepto de “cubierto”. La verdad es que el precio me parece excesivo sobre todo de bebidas y extras… además me gustaría mencionar que te dan unas toallitas para después de la pizza (me parece un detalle) lo único que cada toallitas de esas está dentro una caja de plástico de usar y tirar, una pena que se desperdicie tanto plástico (adjunto foto)… El servicio muy amable y atento. El ambiente bien, aunque para mi gusto demasiado ruido. Volvería? A lo mejor, pero creo que hay italianos mejores y mucho mejor de precio. Pongo foto de la cuenta.

La mejor cena italiana que he tenido en los últimos años. Las setas de temporada hechas al olio estaban de exquisitas y el linguini con crema de boletus y trufa tenía un sabor insuperable. Definitivamente volveré en este viaje.

La comida excelente pero parece que ayer tuvieron algún problema y el servicio fue un poco caótico. Pero volveré!!!

La verdad es que tenía ganas de or, al haber oido hablar de él por varias vías. El servicio es bueno. El interior del local es correcto (si obviamos la cutrez de tener un montón de frascos de colonia sin colonia en los aseos). La localización exterior no pasa de regularcita, situándose en la trasera de un edificio, sin dar a la calle. La comida es correcta, pero sin más. Ni es exquisita ni mucho menos generosa. El precio de los vinos totalmente exagerado. Pedí vino, pero es de esos restaurantes en los que, viendo los precios que tienen, el cuerpo te pide beber agua. Es verdad que la carta de vinos es extensa, si bien no veo necesaria tal amplitud en un restaurante como éste. Con todo ello, diré que comí bien, sin más. Y que la relación calidad-precio está desfasada.

Maravilloso y como en casa. Andrea pasó a saludarnos y estuvimos encantados durante toda la comida.