Don Giovanni en Madrid

Todo exquisito y la atención muy buena

Lo primero que llama la atención es que todo en el restaurante tiene la cara del chef. Y lo entiendo, también es un personaje de televisión, pero verlo en cada pared, siendo un cuadro o un dibujo, en los platos, en la ropa del servicio, e incluso en el pequeño sobre de dulces termina siendo, cuanto menos, raro. Ahora a la comida, la entrada de queso provolone era muy sabrosa, simplemente queso asado con algo de temporada, en el momento. Pedí los ravioles rellenos de mozzarella de búfala y espinacas con salsa blanca y un componente dulce con pasas y una galleta tipo italiana. Fue interesante, sabía que me esperaba algo no tradicional y eso es lo que obtuve. Mi compañero fue en la dirección opuesta, sencillo y sencillo cacio e pepe spaghetti, probablemente una de las formas más sencillas y precisas de probar un restaurante italiano. Y lamentablemente estaba salado hasta el punto de ser casi incomible. Terminó pidiéndome un poco de salsa dulce en mi plato para tratar de equilibrar el sabor salado. Es curioso, ya que el cacio del plato suele tener toda la sal que necesita, más quizás la sal del agua hirviendo. Don Giovanni no es sorprendentemente caro, pero por 20 euros un plato carece de detalles sencillos, como probar el condimento antes de llevarlo a la mesa. El lugar estaba completamente lleno, por eso, incluso con el servicio tratando de ser amable y rápido, esperamos 20 minutos para un cheque que tuve que solicitar 3 veces. Estoy bastante seguro de que en un día más tranquilo las cosas podrían ser diferentes y mejores. Bueno, todo menos la cantidad de fotografías del chef que pueblan el lugar.

Encantados con la comida, la pasta es deliciosa, comimos una rellena de pera y gorgonzola, las alcachofas deliciosas, y las pizzas super finitas y buenísimas, nos faltó mejor trato por parte de la camarera que nos tocó, pero bueno tendría un mal día. Lo recomiendo total, y volveremos otra vez!!

Reduciendo los.plagos y aumentando los.precios

Muy mala experiencia con la persona que recibe y asigna las mesas, sin duda no tiene vocación de atención al público. El resto del personal que te atiende en mesa muy bien.

Todo bien, las pizzas estaban muy buenas y el personal muy correcto, pero el aseo estaba sucio y mal cuidado... y fuimos recién abierto a las 13:30. Deberian cuidar detalles como este.

Carta muy amplia, así como la de vinos. Todos los platos excelentes y con cantidades adecuadas. Servicio espectacular desde que entras en la Casa de Andrea (o desde antes, nos equivocamos de puerta y Andrea nos indicó amablemente 😀). Precio muy ajustado. A pesar de todos los extras no es un restaurante caro.

Lo comí delicioso y hasta saciarme. Me gustan las pastas. Me gusta el tiramisú.

La pasta rellena estaba buena, aunque es un poco escasa. La pizza estaba un poco insípida (también pues ser porque y hemos cogido una que no llevaba nada de carne, solo mozarella de búfala, tomate y canónigos). El panetone frito estaba bueno y helado de yogur que lo acompañaba estaba buenísimo. Lo único que destacaría es el precio de las bebidas, 9€ UNA COPA DE MOSCATO!!! Las Coca Colas 4€ y además te cobran 1,50€/persona en concepto de “cubierto”. La verdad es que el precio me parece excesivo sobre todo de bebidas y extras… además me gustaría mencionar que te dan unas toallitas para después de la pizza (me parece un detalle) lo único que cada toallitas de esas está dentro una caja de plástico de usar y tirar, una pena que se desperdicie tanto plástico (adjunto foto)… El servicio muy amable y atento. El ambiente bien, aunque para mi gusto demasiado ruido. Volvería? A lo mejor, pero creo que hay italianos mejores y mucho mejor de precio. Pongo foto de la cuenta.

El personal en general es bastante antipático, frío, desagradable y parecen desganados. Sólo se salvan 2 o 3 camareros. Llamé para informar que llegaríamos más tarde de la reserva realizada y la persona que me atendió fue bastante desagradable y borde. No sé enteraron de la comida que pedimos, trayéndonos otros platos diferentes de los entrantes pedidos. Te traen los platos pero no te dicen lo que es, interpreta tú si te han traído el plato pedido o es otro diferente, cómo nos pasó a nosotros. El tiempo entre plato y plato fue elevado, sólo los postres vinieron rápido a la mesa, lo que da la impresión que están ya preparados y que no se hacen al momento. Pedimos agua, no nos la trajeron a la mesa, pero si aparecía en la cuenta. Lo que salvó la experiencia fue la comida, que pese a traernos otros platos diferentes a los pedidos, estaban muy buenos. La pasta estaba exquisita y los postres también.