16/04/2025: Un ejemplo de profesionalismo en un escenario de caos anunciado
En una noche que prometía ser un festival de impasses —fruto de una gestión descuidada por parte del hotel, que aceptaba las reservas como quien colecciona pegatinas sin preocuparse por la viabilidad del servicio—, Ismael emergió, como un faro en un mar tempestuoso.
Este empleado, que merecía ser algo más que “uno más de los empleados”, soportó él solo el peso de un restaurante lleno de expectativas y platos sin servir. Donde cualquier otro sucumbiría al colapso natural de la sobrecarga, Ismael hizo de la adversidad un escenario para su orgullo profesional.
Sonriente, diligente, con destreza y agilidad, este hombre no sólo atendía a todos los clientes, sino que lo hacía sin revelar jamás la locura estructural del equipo directivo.
Es imperativo enfatizar que el hotel fracasó: fracasó al comprometerse a más de lo que podía ofrecer, fracasó al dejar a un solo empleado en el campo de batalla. Y, sobre todo, fracasó con Ismael, quien los salvó de la vergüenza con una postura que honra la profesión.
Que este episodio sirva de advertencia: proteger lo propio es proteger el propio negocio. Y que Ismael, sí, sea reconocido como merece. Porque no todos los héroes llevan capa: algunos llevan uniformes de hotel y sonríen.
15/04/2025: El servicio del empleado Ismael fue fantástico, ya que, incluso ante circunstancias imprevistas, gestionó todo de forma ejemplar. Un profesional que merece ser valorado.