Cornamusa Cibeles en Madrid

Excelente servicio y muy buena atención de Nahuel. Muchas gracias

Todo genial sobretodo un metre se llama Jaime . Majídimo,estaba tomándome una pluma y el corte no era bueno ,me invito a una pluma y bueno estaba buenísima.

Celebramos mi cumpleaños ene este lugar y la atención fue espectacular. Muy buena comida, ambiente y servicio.

Gran sitio para ir a comer. La terraza es espectacular. Nos atendieron Jaime y un servicio espectacular. Tomamos pluma muy buena, bacalao espectacular, corvina buenísima y tartar de atún espectacular. De entrada la burrata con boniato buenísima y gildas muy buenas. Repetiremos

Atención, comida y servicio excelente.

El restaurante no solo es el privilegio de tener a la vista Cibeles y paseo de recoletos , la comida es genial , las recomendaciones que hacen muy buenas , el tiempo para servir es adecuado y sin presión como en muchos sitios de la zona, muy tranquilo y una distancia adecuada entre mesas, ideal para cuando viene una visita de otra ciudad a Madrid.

Ubicado en la terraza del Palacio de Cibeles con unas espectaculares vistas a la Plaza de Cibeles si el tiempo permite comer fuera. Buena carta, hemos comido verduras, corvina y callos a la madrileña, todo muy bueno. Muy buen servicio.

Una experiencia excelente en plena Plaza de Cibeles Fui a Cornamusa Cibeles a almorzar con una amiga y la experiencia fue realmente muy buena. El lugar es precioso, con una ubicación espectacular justo en la Plaza de Cibeles, y una decoración elegante y cuidada en cada detalle. La carta es creativa y refinada, con platos que combinan sabor, presentación y calidad de forma impecable. Probamos un entrante para compartir, dos platos principales y un par de cócteles: todo delicioso y bien equilibrado. Además, el servicio fue muy profesional, atento y amable. Lo recomiendo sin duda si buscas una comida especial en un entorno bonito, sofisticado y con buena cocina. ¡Volveré con gusto!

Excelente comida, atención insuperable. Muy buena opción en sitio emblemático.

Aunque habitualmente tomamos poca sal, creo que se quedan demasiado cortos con la misma en algunos platos (siempre mucho mejor que lo contrario). Lo que más nos gustaron fueron los callos de bacalao y garbanzos y el hojaldre del postre, que era excelente. Servicio muy atento. No hay vistas desde el comedor pero las de la terraza muy buenas.