Contraban en Barcelona

El servicio es perfecto, sin ninguna queja. La comida está bien, y lo explicaré. Llegué con muchas expectativas. El plato de pato estaba crudo, sin salsa, y apenas se podía comer; comimos por cortesía. El brioche con cangrejo estaba rico, pero no causó sensación; el plato de pasta con cerdo estaba rico, pero no fue especialmente memorable. Estaba rico, pero no era nada especial, y el plato de pato crudo fue simplemente una decepción.

Tuvimos una experiencia inolvidable en Contraban en Barcelona. Sin duda, es uno de los mejores restaurantes que hemos visitado. El ambiente es elegante y relajado, con un toque moderno que te hace sentir cómodo al instante. La comida fue absolutamente excepcional: cada plato se preparó con increíble atención al detalle, creatividad y sabor. La presentación fue preciosa, y el equilibrio de sabores y texturas demostró una verdadera maestría en la cocina. El menú se sintió único y emocionante, pero todo estaba perfectamente ejecutado. El servicio fue igualmente impresionante: cálido, profesional y atento, sin ser nunca intrusivo. El personal nos guió por el menú con auténtica pasión, haciendo que toda la velada fuera especial. Contraban no es solo un restaurante: es una auténtica experiencia culinaria. Salimos maravillados, satisfechos y ya pensando en cuándo podríamos volver. Una visita obligada en Barcelona.

Ambiente agradable, comida deliciosa y camareros amables. Sin duda volveremos 🙂

Mi esposo y yo cenamos en Contraband a mediados de julio. La comida estaba deliciosa, divertida y original, y el ambiente era magnífico. El servicio fue excelente al llegar. Nuestro camarero fue atento al principio y nos ofreció sugerencias, que seguimos. Sin embargo, una vez que trajo los platos principales, el servicio se volvió inexistente. Mi esposo pidió bebidas cuando nos sirvieron la comida y dijo que volvería a recoger nuestra orden. Nunca regresó. Cenamos solo con el agua que nos quedaba en los vasos. Y después de terminar el agua que nos dieron en el restaurante, me serví agua de mi propia botella en el vaso. Cada vez que el camarero atendía otras mesas, nos daba la espalda, evitando el contacto visual, y era difícil incluso llamar su atención. En su defensa, era el único camarero en el comedor, y sabemos que tuvo que atender unas diez mesas. Pero ignorarnos por completo fue de mala educación y me sentí insultado. Fue tan molesto que tuve que ir al baño para recuperar la compostura. Por suerte, la camarera nos ayudó cuando vino a retirar los platos, y entonces pedimos bebidas, con la expectativa de recibir el postre. Curiosamente, mi marido vio al camarero asomándose por la ventana mientras nos atendía. Cuando nuestro camarero estuvo lo suficientemente cerca como para que finalmente nos atendiera, le dije que queríamos postre y le dije que creía que se había olvidado de nosotros, aunque después siguió ignorándonos. Agradezco la amabilidad de la camarera, que se transformó torpemente en nuestra camarera. Lo que empezó como un momento encantador y que debería haber sido una de nuestras mejores comidas en España, rápidamente se convirtió en la peor experiencia gastronómica de nuestra vida. Mi marido y yo nos marchamos del restaurante desanimados, como si hubiéramos hecho algo mal al pedir bebidas con la comida. Nuestra comida tenía muchísimas cosas buenas, y es una pena que el mal servicio nos arruinara la noche. Envié esta reseña por correo electrónico al restaurante al día siguiente de cenar allí, pero no recibí respuesta.

Gran velada y excelente servicio, fue un placer!

La comida es espectacular!! Desde luego el mejor restaurante del Barrio Gótico barcelonés. No es la primera vez que vivimos la experiencia Contraban pero no deja de sorprendernos y por esto volvemos siempre cuando queremos una escapada gastronómica única. El servicio es inmejorable !!!

Un lugar perfecto para una cita romántica o de amigos! Una combinación de platos sabrosos y ligeros (nos impactaron el carpaccio de carabineros, salmón y lubina, junto con un plato de verduras), un maridaje propio (copita de cava con una ostra al natural o con salsa de agua del mar) , una decoración y ambiente relajante, excelente atención y servicio! Un verdadero oasis de paz y amor en pleno barrio Gótico abarrotado!

El hermoso jardín del restaurante/hotel le da un aire pintoresco. Nuestra camarera también era muy amable y estaba muy bien informada. La comida tiene un estilo único y requiere algo de exploración.

Comida muy buena, muy buen servicio, solo la cantidad podría ser un poco mas

Teníamos en la lista de pendientes este restaurante y reservamos para comer un sábado por la mañana, el lugar esta escondido en el barrio Gotico en un hotel boutique, la sala es pequeña y bien atendida por una joven Brasileña muy atenta y simpatica. Tomamos de primer plato 1 Fricasé de verduras, tubérculos y setas de temporada, 1 de Carpaccio de carabinero, crema agria, lima y cebollino, de segundo 1 de Llata de ternera lechal lacada en su jugo, cebolla diabla y patatas rústicas, 1 de Magret de pato salvaje, speck y risotto de polenta con aceitunas gordal, de postre 1 Tiramisú casero al Shanky’s Whip, 1 Lingote de chocolate cremoso y yuzu. para beber 4 copas de vino tinto I Tant (30.-Euros), nos invitaron con los postre a 2 copitas de Cadillac dulce. TOTAL: 151.- Euros. Excelente relacion calidad precio, muy muy recomendable.