Ciento Treinta Grados en Madrid

Llevamos tiempo frecuentando este local, incluso antes de la reforma. Nos encantan sus productos pero las últimas veces que hemos estado, me ha parecido curioso ver como los padres de bebés con carritos esperan fuera, mientras el otro adulto entra, pero como los adultos con perros entran y no con uno si no incluso con dos. Algo paradójico resulta. Hoy me he juntado con 4 perros dentro mientras esperaba ser atendida. Otro día intentando tomar un café tranquila, tuve que estar pendiente de sortear los lengüetazos de un perro. Considero poco apropiado que dejen entrar a perros, por pura lógica. ¿Cuántos controles de calidad y alimenticios debe pasar este negocio para poder poner en marcha su actividad? ¿Cómo encaja eso con la entrada de perros? Y cómo encaja esto, con el posible miedo a los perros, alergias, etc, de los clientes? Gracias

Producto de repostería sobresaliente: masas con punto exacto, hojaldres crujientes, cremas equilibradas y una vitrina que cambia sin perder el nivel. La calidad es constante y se nota en cada bocado. Mención especial a Doriana, tostadora de café impecable: perfiles limpios, tueste preciso y servicio que ayuda a elegir el grano y método adecuado. El maridaje café + bollería aquí es de escuela. Por qué volver: materia prima top, técnica cuidada, café excepcional y un equipo que ama lo que hace. Para quién: amantes del buen café y de la pastelería bien hecha. Recomendación: acompaña tu pieza dulce con un filtro del día, se entiende por qué su tostadora, Doriana, es referencia.

La comida muy buena excepto el chocolate con leche que parece que estas bebiendo agua con barro, el local es cuco pero le falta un poco de mobiliario. Repetiría pero con un taburete más cómodo. Y el obsequio de sellos muy buena idea.

el croissant y el pain au chocolat deliciosos, y en café muy bueno pero el chocolate un poco amargo le falta azúcar. El local aún no está a punto pero la amabilidad lo compensa

Suelo comprar el pan y te puedes llevar media hogaza y te lo rebanan la calidad es excelente, recomendable

Increíble sus masas: panes espectaculares, palmeras de chocolate a las que soy adicta y su Kouig Aman (nunca sabrás como se dice pero siempre sabrás que tienes que pedirlo). Ademas se junta con que sus cafes son de los mejores de Madrid con tostador propio y un gran equipo implicado. Van abriendo poquito a poco locales en Madrid y yo feliz de sus éxitos porque se lo merecen. Personal muy amable. Larga vida a 130 grados!

La mejor panadería del barrio. El pan me dura toda la semana y está buenísimo.

Es una panadería al estilo francés, en la cual puedes probar algunos productos realmente espectaculares, merece la pena que le des una oportunidad Ademas han ampliado el local y te puedes tomar muy cómodamente un rico café de especialidad

Con el cambio con la obra han perdido mucho en velocidad de atención al cliente y ha perdido en lo estético y ambiental. Es la tercera vez que entro en un mes y me tengo que ir por la lentitud y lo incómodo que es a nivel espacio donde se espera ahora. Supongo que compensará por los cafés en mesa, pero es una pena

Obrador, y en menor medida café, en el que el artículo es magnífico. Hacen un pan , de hogaza , especialmente el de cereales integral, de masa madre que sigue bueno al día siguiente . También la baguette y en ocasiones tanto el panettone, como el roscón de Reyes se dejan querer. Sirve café y pastel o croissant que, especialmente en fin de semana, hace ambiente. Eso sí, en su mayor parte en la calle. El local no es muy grande. Los empleados educados y amables y los dueños, una familia, emprendedores que han acertado en el negocio. Es más caro pero, al menos para mi, bien vale la pena. Recién reformado, han ampliado los espacios, se puede tomar café sentado en el interior, una barra lateral con sillas altas. Y tostador de café ☕️.