Cervecería José Luis (Paseo de la habana) en Madrid

Para alguien de Granada que acude a la capital, a Madrid, una parada en José Luis es siempre obligatoria para disfrutar de unos buenos pinchos, un buen ambiente, y todo ello en un local limpio, bien acondicionado y de ruido moderado donde se puede conversar y estar agusto. Muy recomendable también por la relación de su calidad-precio.

Elegir Jose Luis es elegir calidad, ya que sus platos son de gran categoría, por las elaboraciones, la calidad de los productos y las preparaciones. Por ponerle un pero, la atención. Para nada fue una atención mala, pero si es cierto que era un poco agobiante que casi no habías terminado el plato y ya se lo estaban llevando, y se hace un poco incómodo tener que estar con prisa comiendo. Entre otras cosas, destacar los chipirones, exquisitos de sabor y de punto perfecto.

Muy bueno el pincho de tortilla y el servicio

este sitio es un clásico de Madrid , el tiempo y sus costumbres le han dejado atrasado en las nuevas tendencias de la gastronomía, pero aun asi el que tuvo retuvo y de puede ir a degustar sus pinchos , es verdad que poquito a poco esta cadena esta reformado sus locales , asi queve a disfrutar sus platos

Todo riquísimo! Las atenciones espectaculares, buen ambiente y seguro que volvere!

Nos llevó mi prima para probar los pinchos y ¡¡qué rico!! Fuimos en domingo y el ambiente era tranquilo, los camareros muy atentos. Pedimos varios pinchos (jamón, bonito, escalopín y solomillo con brie) y una ración de croquetas y tortilla trufada para compartir. De postre pedimos una tarta de limón y una de queso. Todo buenísimo. Disfrutamos tanto que solo tenemos foto de los primeros platos. Recomendado 100%.

Algo ruidoso, aunque buen lugar para aperitivo.

En general fue una buena experiencia, aunque un poco caro para lo que ofrece.

Hemos venido a comer un día de diario a las 15h. Teníamos reserva y diría que es mucho mejor porque estaba bastante lleno. Tanto en las mesas como en la barra. El local es grande y está muy nuevo. Nos han dado una mesa redonda con sillón (un poco incómodo) y sillas. La carta es extensa y muy variada. Tiene un apartado grande de pinchos fríos y calientes y platos principales. Las raciones diré que son muy generosas, incluso los pinchos. Queríamos probar sobre todo la tortilla, así que pedimos una grande y completamos con pinchos. Probamos: - Tartar de ahumados. Es el que me ha parecido más rico. Buen sabor y cantidad, da para compartir entre dos perfectamente. - Pincho de ensaladilla rusa. La ración es enorme, viene sobre una especie de pan de gamba, decorado con huevas, una aceituna negra y una tira de pimiento morrón. Es lógico que el pincho esté frío de la nevera por la conservación, pero para mi gusto lo estaba demasiado y afecta al nivel de sabor. En cuanto a la ensaladilla, me faltó el toque de vinagre y algo más de atún. - Pincho de merluza rebozada con mahonesa. Rico de sabor y de nuevo muy generoso. - Pincho de morcilla de burgos. El pan también viene frito, estilo picatoste. La morcilla está muy bien hecha, incluso la piel crujía. Terminamos con la tortilla. De apariencia muy tostada y la sorpresa del volcán cuando la cortamos. Nos ha dado la sensación de que no llevaba cebolla, aunque por el sabor diría que sí, y la patata está cocida. Es una tortilla curiosa, con los bordes muy cuajados y el interior una mezcla de patata y huevo triturada. Creo que se disfruta más en formato pincho. El pan que sirven es de barra, muy tierno. Llegando a las 3 de la tarde y con tanta gente nos temíamos que el servicio fuera lento, pero todo lo contrario. Los camareros están muy atentos y los platos vinieron rapidísimo. Lo cual es una ventaja para comer un día de oficina, pero un “inconveniente” si simplemente vas a comer. La acústica del local me parece algo mejorable. Había mucho ruido y nos ha sido difícil mantener las conversaciones. En general la experiencia ha sido buena y lo recomiendo si estás por la zona. El precio es algo elevado, comiendo con los pinchos y la tortilla hemos pagado 17€ por persona.

Cervecería José Luis, ubicada en el emblemático Paseo de La Habana, es más que un simple bar; es un rincón entrañable que ha sabido mantener su esencia a lo largo de los años. Este lugar ha sido testigo de innumerables encuentros familiares y con amigos, convirtiéndose en un punto de referencia para quienes buscan disfrutar de una experiencia auténtica y acogedora en Madrid. Uno de los grandes atractivos de Cervecería José Luis son sus pinchos. Estos bocados son verdaderamente irresistibles; desde las clásicas tapas de tortilla hasta las innovadoras combinaciones que sorprenden a los paladares más exigentes. Cada pincho está preparado con ingredientes frescos y de calidad, lo que se traduce en sabores auténticos que te transportan a la tradición culinaria española. No puedes dejar de probar su famoso pincho de tortilla, es un verdadero clásico que nunca decepciona Cervecería José Luis no solo es un lugar para comer; es un espacio donde se crean recuerdos. Ya sea celebrando un cumpleaños, disfrutando de una tarde con amigos o compartiendo anécdotas familiares, cada visita se convierte en una celebración de la vida cotidiana. En resumen, si buscas un lugar donde la tradición se encuentre con la buena comida y el buen ambiente, Cervecería José Luis es sin duda una parada obligatoria en el Paseo de La Habana. ¡No te arrepentirás!