Cava Alta en San Lorenzo de El Escorial

Sencillamente espectacular. Hemos probado el hojaldre con rabo de toro y las revolconas con torreznos y casi se me saltan las lágrimas. Con eso lo digo todo. 100% recomendado y repetiremos. Estos dos platos con dos bebidas y un postre 60 euros. El precio bastante acorde con la calidad de los platos y el servicio tan atento que nos han ofrecido, me ha parecido muy adecuado. Un 10 en general. Súbanle el sueldo al cocinero y asegúrenle las manos a ese héroe.

Un lugar súper acogedor y altamente recomendable. El sitio es muy cálido y agradable; tenían la chimenea encendida y eso hizo la experiencia aún más confortable. Además, no es nada ruidoso, lo que permite disfrutar de una comida tranquila y a gusto. Los camareros fueron encantadores y hasta el cocinero salió a saludarnos, un detalle que se agradece muchísimo. La comida estaba deliciosa: cocina tradicional con toques modernos que sorprenden. Pedimos croquetas de trufa y hojaldre de carabinero como entrantes —¡buenísimos!—. De segundos, el cachopo y los canelones de rabo de toro, ambos espectaculares. Para rematar, crepe de dulce de leche y tarta de mascarpone y dulce de leche, y sinceramente, a todos los platos les doy un diez. Como detalle a tener en cuenta: para acceder al comedor hay que subir escaleras. Nosotros fuimos con mi abuela y hubiera estado bien saberlo previamente. Sin duda, ¡volveremos!

Restaurante ubicado en una de las calles principales de san Lorenzo del Escorial, muy próximo al monasterio, y a cinco minutos caminando del parking del ayuntamiento, que es la mejor opción para dejar el coche. El local está en el mismo edificio que unas antiguas cocheras, que ahora son museo, y tiene el restaurante/bar en la planta baja, donde se puede tomar un menú diario (en esta zona no admiten reservas), y el restaurante a la carta se encuentra en la planta superior. El menú del día ofrece muchas opciones, y todo lo que probamos estaba bueno y en cantidad suficiente, por un precio de 20€. La señora que nos atendió era muy amable y el ambiente resulta agradable. En definitiva, una muy buena opción para almorzar en esta localidad, pero recomiendo reservar mesa si se quiere comer en el restaurante, o llegar no más tarde de las 13:30 si se quiere conseguir sitio para el menú diario.

Buena relación calidad precio, sitio recogido y agradabe. Gracias María por tu atención!

Todo muy rico, pero con pequeños detalles. La milhoja de sobrasada de queso nadaba en la grasa que suelta la sobrasada, pedí un plato vacío y la cambié, asunto solucionado. Muy ricas las albóndigas de aperitivo y las milanesas de solomillo. La tarta de queso bien, sin más. Los camareros fueron encantadores, pero quizás con muchas mesas que atender y eso se notó en el transcurso de la comida. Volveremos.

Fuimos mi mujer y yo a comer en sábado a este restaurante, teníamos muchas ganas de conocerlo porque personas allegadas nos lo habían recomendado y por las buenas valoraciones que tenía. No sé si es por las altas expectativas que tenía pero si he de ser sincero me ha defraudado. Paso a enumerar y describir lo que pedimos, para compartir unas colas de carabineros crujientes y "zamburiñas" que estaban fuera de carta y nos lo dijo el camarero. Las colas de carabineros, son cuatro y estaban muy buenas, las "zamburiñas" eran seis y estaban bastante bien, no quiero parecer tiquismiquis pero las zamburiñas y las volandeiras si se cocinan bien y son buenas, ambas están sabrosas y deliciosas, pero estas en concreto por su tamaño, forma de la concha y su gónada naranja, claramente se veía que eran volandeiras, y no pasa absolutamente nada por qué lo sean, con lo cual no veo el problema en que no se le llame por su nombre. Para los segundos elegimos, la paletilla de cabrito asada y la chuleta de vaca madurada, en cuanto al cabrito no es que no estuviera bueno pero si es asado, no entiendo la cantidad de caldo que venía en el plato, de hecho al camarero al servirlo en la mesa derramó buena parte del caldo que afortunadamente cayó en el suelo, creo que tanto caldo mataba el sabor del cabrito, no lo veo necesario. Y en cuanto a la chuleta, es lo que más me defraudó, la verdad es que no dije nada pero debí quejarme en sala, porque el grosor de la chuleta era como el de un filete de ternera y no estoy exagerando lo más mínimo, esa "chuleta" aunque en la carta ponga que era de medio kilo, no llegaba seguro ni a 300 gramos. De postre pedimos arroz con leche que compartimos y estaba bastante bueno. Ahora dos sugerencias si me permiten, dos de los platos que nos pusieron tenían golpes en los cantos y estaba saltado el esmalte, esto a parte de dar muy mala impresión, es insalubre, además es muy fácil de controlar diciendo al personal de sala y cocina que cuando vean un plato roto lo desechen. La segunda sugerencia es que los cuchillos que ponen con la carne son de muy mala calidad, quedaría mejor con unos cuchillos de carne más acordes con el nivel de Cava Alta. En cuanto a la relación calidad-precio creo que no está muy ajustada, ya que sólo pedimos una cerveza cada uno en toda la comida y un único postre para compartir y salimos a prácticamente 60€ por persona. En cuanto al servicio, estuvimos comiendo en la galería cerrada del piso superior, nos atendieron dos camareros que ambos eran muy educados y dispuestos.

Platos excelentes, muy cuidados y riquísimos. El ambiente estupendo

Comimos de menú entre semana y los platos eran muy elaborados, novedosos y riquísimos. Además el servicio fue muy profesional y atento. El ambiente del local muy confortable. El precio del menú se acerca a 20€ pero lo vale. Si hubiera un pero, serían los postres que fueron algo más flojos comparados con la oferta y calidad de los platos, tal vez fue algo puntual. Repetiría.

Comimos unos huevos rotos con foie espectaculares y un tomate delicioso. Volveremos

Llegamos a las 14.00 y acabaron 16.40. Dos tapas y un plato y un postre. 1 camarero para 6 mesas. Supongo que una cocinera. Comida buena pero el tiempo en cocinar, servir y retirar... desastroso