Casa Matilde en Tronchón

Debes provar el rabo de toro o las carrilleras.

Sin palabras. La comida magnífica y la atención sin igual. Un sitio con un aura y un encanto especial. Se huele la cocina a calles.

Simplemente espectacular. Lo lleva una señora de avanzada edad y cocina como los ángeles. Comida casera y de chup chup . Ganas de volver!

Sencillamente espectacular. Te sientes como en casa de tu abuela con comida, mobiliario y ambiente acertado. Me encantó y volveremos. Gracias Matilde.

Tienes que pedir reserva con bastante antelación,si no ,no puedes ir

Como no nos permitían entrar al restaurante con nuestros perros, pero teníamos hambre por la caminata... pedimos un bocadillo para llevar. La encantadora Mathilde!!!, nos preparó tortilla de atún recién hecha al horno. Quedamos totalmente encantados con el sabor y nos gustaría agradecerle mucho por su compromiso. Muchas gracias Mathilde 🙏🫂🫶🍀

Un restaurante de lo más peculiar, es como comer en casa, tanto por el local como por la comida. Doña Matilde, una mujer entrañable y amable a no poder más. Siempre con una sonrisa. Y si comida casera 200% y precio muy asequible para la calidad de sus plantas. Un rabo de toro increíble, una carrillada espectacular, mantequilla. Volveremos.

Mucha expectativa había con el lugar! Pues muy bien si! Un puntazo eso de cruzar su cocina particular y acceder al salón de comensales. Sabes que estás como en casa. Comida riquísima, grandes cantidades. Casero, muy casero, lo cocina Matilde a sus 80 y… Comida real y sabrosa, de la comida qye requiere calma y reposo… disfrute mucho el menú. Precio más qye razonable. El salón reformado y muy acorde con la zona, acogedor, cálido y limpio. Era un lunes a mediodía y se acabó llenando.

Nuestra experiencia con este sitio, con respecto a otras calificaciones del mismo es buena en general. La comida era abundante tanto en los primeros, como en los segundos. El postre, en cambio, no era casero. Al menos la cuajada. Por poner dos objeciones, la primera, el servicio de mesa fue muy apurado entre el primero y el segundo plato. Al principio, notamos esa prisa y la comparé con el resto de las mesas, que estaban sentados mucho antes que nosotros e íban más lentos que nosotros mismos. El camarero al finalizar el postre, nos invito a cambiarnos de mesa porque la mesa junto a la nuestra, se les había agregado 3 moteros más. Cabe destacar que era toda una mesa larga y de moteros. Por lo tanto, decidimos irnos con el postre en la boca. Con respecto al vino, que he visto opiniones variadas, se puede pedir por ejemplo ramón Bilbao u otros. Por último y para finalizar, no tienen datafono y dudo que emitan factura. Es decir llevad dinero en efectivo, precio por pers. Pagamos 21€ Seguramente volveremos para darle siempre otra oportunidad.

Cocina casera 100%. Menú diario muy logrado y a muy buen precio. Recomendable reservar. Raciones muy abundantes