Casa Martelo en Barcelona

Muy buen restaurante,buena comida y sobre todo Laura la mejor camarera!!!

Menú del día mejor que otros de la zona

Hoy he comido en Casa Martelo (Carrer Numància 12, Sants-Montjuïc) y ha sido una experiencia que recordaré. La ensalada con queso de cabra y marisco estaba fresca, completa y llena de sabor, pero lo que más me marcó fue la atención del equipo de camareros. Erik es un camarero de primera: atento, rápido y profesional, siempre pendiente de cada detalle y con una seguridad que transmite confianza. Love tiene una energía especial, siempre con una sonrisa y un trato cercano que hace que el cliente se sienta cómodo y bienvenido desde el primer minuto. Laura aporta dulzura y amabilidad en cada gesto, se nota que cuida su trabajo con cariño y respeto hacia la gente. Juntos forman un equipo imbatible: los mejores camareros del mundo, no hay nadie como ellos. Además, la barra del local me encantó: amplia, elegante y con mucho estilo, un lugar perfecto para quedarse a disfrutar tranquilo. Recomiendo este restaurante al 100%, no solo por la comida, sino sobre todo por la calidad humana de su personal.

Popular entre la gente local, pero soy turista y necesitaba descansar mientras esperaba el tren. Es sorprendentemente bueno y tiene una buena relación calidad-precio para Barcelona. Los mejillones estaban buenísimos, cocinados con cebolla dulce y apio. El baño estaba limpio y bonito, y uno de los camareros hablaba inglés. Creo que el dueño lo gestionaba muy bien. ¡Aun así, lo gestionaron con mucha iniciativa! ¡Todo el personal es súper amable y atento! ¡El postre también está delicioso! ¡Ahora tengo que esperar a que me traigan la cuenta y no tengo la esperanza de editar esta reseña!

La comida increíblemente buena, hice un menú y estaba todo muy bueno, pero sin duda alguna lo mejor fue el servicio, nos atendieron de maravilla, estaban súper pendientes de traernos el próximo plato cada vez que finalizábamos otro, nos ayudaron con la elección de postres. Os lo recomiendo muchísimo si queréis comer bien y una muy buena atención.

Mi esposo y yo visitamos Casa Martelo el primer día de nuestro viaje a España. Fue la cena perfecta para empezar nuestro viaje, ¡y tanto la comida como el servicio fueron fantásticos! Lo que más nos impresionó fue el servicio del personal femenino. Aunque no hablamos mucho español, nos atendieron con una sonrisa y cortesía en todo momento, permitiéndonos disfrutar de nuestra comida con total tranquilidad. Todos los platos estaban deliciosos, y quedamos muy satisfechos con los sabores auténticos que realzaban el sabor de los ingredientes. El restaurante tenía un ambiente tranquilo, lo que nos permitió pasar un rato relajante y especial. ¡Sin duda recomendaría este restaurante a mis amigos que visiten España!

Laura, la camarera 🔝 Ambiente informal, paella espectacular

Durante nuestras vacaciones en Barcelona terminamos cenando todas las noches en este restaurante, y no es casualidad. La relación calidad-precio es difícil de superar y el ambiente acogedor y cercano te atrapa y hace que quieras volver. Después de un largo día, aquí recuperábamos energías rápidamente. Gracias a Laura, Eric, Love y Marcos, con quienes congeniamos enseguida, y también a los demás que trabajáis en este equipo, aunque no tuviéramos la suerte de conoceros en persona. La teacher y la maestra pelirroja extremeñas os damos las gracias por ser ese lugar al que vuelves al final del día, con buena comida y con compañía, gracias por convertiros en parte inolvidable de nuestro viaje.

Un lugar típico español de comida gallega. Muy buen servicio la comida excelente. No puedo decir cuál me gustó más pero probamos pan can tomate y ajo. Gambas al ajillo. Pulpo. Chuletón gallego. Todo los platos muy buenos

Nos topamos con casa martelo mientras tratábamos de encontrar un restaurante abierto a las 7 : 30 para la cena. Fue una verdadera joya y nos sentimos afortunados de haberla encontrado. Disponen de zona al aire libre y menús en inglés. Erik, nuestro camarero fue genial! Hablaba suficiente inglés para ser servicial y estaba ansioso por asegurarse de que disfrutamos de nuestra comida. El pulpo gallego estaba delicioso. Comí la ensalada de queso de cabra y el plato de verduras asadas, ambos fueron fantásticos. Aunque sus postres sonaban tentadores, ¡estuvimos llenos! Erik pasó algún tiempo extra con nosotros, siendo muy alentador con mi débil español. Tuvimos una conversación encantadora con él que nos dio el momento “guau” de conectar a nivel personal con un verdadero español. Son este tipo de interacciones las que hacen que viajar sea tan gratificante y divertido. Nos gustó tanto que podemos volver para otra cena antes de salir de la ciudad.