Casa Marcelo en Santiago de Compostela

Desde 2015 he ido muchas veces durante 3 años fui muchisimo ahora hacia tiempo que no pasaba por ahi pero en mi opinion el precio se ha incrementado muchisimo y la calidad en ves de crecer o mantenerse ha empeorado bastante. Siguen teniendo cosas muy ricas pero ahora mismo me parece que esta overpriced y anteriormente siempre he elegido que platos tomar y esta vez nos pusieron ellos lo que querian teniendo algun plato que no nos gusto nada. Pagamos mas de 100 euros por cabeza bebiendo agua los dos y que teniamos que conducir despues.

Nada cautivó en el frente de la comida aparte del pan. Quizás sea una cuestión de gusto personal, pero a este nivel de excelencia culinaria espero sensaciones gustativas exquisitas. Lo que obtuve fue insulso y francamente mediocre. De los 8 platos, sólo uno estaba cerca de ser interesante (la vieira). El servicio fue excelente y el sumiller también. Ahorre su dinero y vaya a Gaio. Muy superior en cuanto a sensación de sabor, simplemente increíble.

Fui a cenar y la experiencia estuvo increíble, desde que llegas te das cuenta que todo está pensado para crear un entorno totalmente equilibrado, el servicio es sobresaliente y la comida espectacular.

Simplemente espectacular. El trato exquisito y la comida nos encantó. Para repetir

Merece la pena visitarlo, muy buen trato (año 2019). En 2025, el trato igual de bueno, sin embargo la calidad de los platos no es la misma. Ahora en repostería se mantiene! El sumiller está a prueba, por ahora

Un sitio al que tienes que ir si te gusta la comida bien elaborada y el producto de calidad. El trato del personal de 10. La cocina a la vista, es otro atractivo. Yo que no como pescado y la lubina, estaba espectacular. Merece la pena el precio.

Para ser un estrella Michelin la comida cumple las expectativas. El servicio es correcto, pero tuvimos un mal entendido con ellos. Llevamos una invitación para dos personas que teníamos de hace un tiempo, al llegar nos dijeron que la iban a revisar y no nos dijeron nada hasta que toco pagar la cuenta (asumimos que la invitación estaba vigente), cuando nos dicen que la invitación no es válida. Si nos lo hubieran dicho al principio, no tendría ningún problema, pero esa forma de trabajar me pareció poco profesional. El ambiente en el comedor de la entrada no me gusto, Tan cerca de los demás comensales oyendo sus conversaciones o ellos las mías, pero eso va para gustos.

Restaurante situado en una de las calles que llevan a la catedral de Santiago. El servicio es maravilloso, están súper atentos de que los comensales estén cómodos y todo a su gusto. El local tiene una decoración original; si bien la puerta que abrirás es de doble hoja, como las casas enxebres gallegas, y accederás tras un escalón de piedra como toda la calle en donde se ubica, los siguientes pasos los darás por un local con una decoración moderna y de estilo peculiar. Tienen dos plantas; en la de abajo trabajan con mesas largas y barra y en la parte superior tienen mesas y estufas con un ambiente más íntimo. Tienen menú degustación por 125€/pax (bebida aparte) que definen como “menú sorpresa” y se compone de 8 platos. En caso de intolerancias o simplemente que algo no te guste (carnes, mariscos o algún alimento en concreto) adaptan el menú a tus preferencias. El sumiller aconseja el maridaje para cada “sección” del menú con muy buen gusto. En cuanto a la comida, todo lo que hemos probado estaba exquisito, se reconoce un muy buen producto y muy bien trabajado. Creo que la relación calidad-precio es correcta, aunque sinceramente creo que la relación cantidad-precio se queda un poco escasa. En general, una experiencia muy positiva, seguro que volveremos.

Restaurante mítico de Santiago con estrella Michelín desde hace años. Un menú degustación desequilibrado calidad-precio. Desajustados los tiempos de atención y servicio, por lo menos en nuestra experiencia. Los platos aceptables y con buena elaboración pero no sorprendentes. Mesa larga compartida.

Había ido hace muchísimos años y tenía ganas de volver. La comida estaba rica y los platos son elaborados y con producto de calidad. Hasta ahí perfecto. Lo que me decepcionó un poco es que salimos de allí pensando que nos tratan como a idiotas. Todo el rato te "venden" cada pase como un plato taaaaaan exclusivo que roza el ridículo... que el pan se hace en A Moa en exclusiva para ellos, cuando nosotros compramos allí el mismo pan cada fin de semana... Que si los guisantes lágrima son tan exclusivos que parece que es más fácil comprar un dinosaurio vivo... etc, etc. Los precios, una exageración total y absoluta. Al final entendimos que "venderse" tanto es para justificar el precio final y te deja un sabor agridulce de la experiencia. Lo recomiendo para una vez, por probar. Pero para eventos especiales, preferimos otros estrella o menciones michelín.