Casa Lete en Valladolid

Restaurante muy agradable y familiar. Tanto Lete como Julia muy amables y atentos. El servicio muy rápido y el menú muy variado, con raciones suficientes y bien elaboradas. Un sitio muy recomendable. Volveré sin duda

Ayer estuvimos tomando un vino en la barra y comiendo un cocido en el comedor. Magnifica tapa (ensaladilla y tortilla de patata), y el cocido de 10, muy buena ración y estaba delicioso. Trato muy amable y cordial. Volveremos a probar la sopa de ajo 😊

Un sitio donde la comida es casera y muy buena, he estado 2 días allí comiendo de menú, todo muy bueno y casero, Lete es muy amable y la camarera es estupenda.

Comimos allí, menú del día con variedad para elegir y buena comida . Servicio ágil a pesar de llenarse a la vez y no tardaron en sacar la comida

Comida casera y tradicional española. Muy campechanos, como el rey emérito. Un buen descubrimiento al que volveré sin ninguna duda, posiblemente mañana mismo. La ropa vieja y las alubias nos han encantado.

Hemos ido a comer cocido 6 personas una de ellas pidió menú. El menú espectacular y el cocido mejor imposible nada q envidiar con el cocido típico de Madrid. El personal más agradable y atento no puede ser recomendable al ,100%1000 sitio con encanto y muy trabajado gracias por todo

Ubicado donde estuvo el mítico Cuberito. He podido probar el cocido y muy bien. Casero y desgrasado, precio competitivo. Volveremos

LO BUENO: Casa Lete es el antiguo Cuberito, un local histórico de Valladolid. El actual propietario se ha hecho con algo fundamental: una buena cocinera. Todo está muy rico. La tortilla de patata es una de las mejores; la ensaladilla también. En general, todo lo que he probado sabe a cocina casera. Dispone de un comedor tradicional y acogedor. El menú del día está muy bueno y a un precio asequible. Los jueves hace cocido. También tiene dos platos del menú para llevar a casa, incluso un plato (medio menú) ideal para la cena. Las fotos son del cocido que llevé para casa y de una tapa de tortilla cortesía de la casa. LO MALO: Solo abre hasta las 17 h, pero se lo perdonamos. Se echa en falta alguna bandera espanta rojos.

El menú me pareció espectacular. Comida casera y exquisita. Tomé ensaladilla rusa, albóndigas y tarta de queso. Todo buenísimo y muy bien de precio. Falla que el sitio es muy feo, por lo demás perfecto.