Casa Gloria en Oviedo

Buen local al que ibamos con muchas expectativas, tantas q salimos un poco defraudados, todo estaba bien, pero al ser el restaurante de un 2 estrellas michellin esperábamos un punto más. Hay q destacar que el arroz con leche estaba increíble y que el servicio estuvo atento en todo momento.

Un sitio muy agradable y con una atención muy profesional. Calidad-precio muy bien. Volveremos!

Restaurante moderno, con un servicio exquisito y buen ambiente en el centro de Oviedo. La comida que probé tenía platos muy buenos (como el nem de papada y gamba), otros buenos (la alcachofa frita), otros regulares (las carrilleras) y otros que definitivamente tienen que mejorar o quitar de carta (como la ensaladilla). Las porciones son muy correctas, con posibilidad de pedir tapas o medias raciones y ofrecen pescado o carne del día. Es posible que repita en una próxima visita a la ciudad.

De los mejores sitios de Oviedo.

Fuimos a comer 11 personas. Bebimos sidrina y refrescos. Unos entrantes al centro, alcachofas-recomendable-, croquetas (dos por barba), no estaban mal y ensaladilla rabiosa, bien. El pan, caliente y muy bueno. Luego, fabes para algunos, no muy abundantes y mejorables, arroz con pitu muy buenos. Postres, tarta de queso y torrija mejorable. En los postres y las bebidas es lo que sube, la torrija tal vez cara, pero la tarta de queso muy rica. Luego, café e infusiones. Buen servicio, y creo que pudiera mejorar la iluminación. Recomendable si pasas por Oviedo, aunque algunos de mis amigos, de buen comer, pensaban que las raciones debían de ser mayores.

Personal super amable, ambiente elegante, comida estupenda y muy buena relación precio calidad. ¡muy recomendable!

Normalito , caro y demasiado bullicio, según mi criterio los sofás no son adecuados para estar sentado de una manera cómoda para cenar .

Destaca la sonrisa de oreja a oreja que tienen todos los miembros de su personal. Atención exquisita y simpática y comida deliciosa. Compartimos la berenjena (mezcla de sabores perfectamente equilibrada), los nems (una sorpresa fresca y sabrosa en el paladar), el arroz con pitu (un clásico imperdible) y el tocinillo… ¡qué maravilla!

Restaurante céntrico, acogedor y con una amplia carta de picoteo con medias raciones para probar un poco de todo. Resaltar las alcachofas y el canelón de pitu.

A algunos las estrellas michelín nos quedan lejos, nos supone algo más que un esfuerzo económico. Estas otras "propuestas", más factibles, quizá no tengan mucho que ver con las primeras, pero pueden darnos un atisbo, una pequeña visión, tal vez, de lo otro. Lo digo porque en la mayoría del repertorio que probamos, sino en todo, se percibe cierto "toque", sutil, a mayores de lo que a todas luces sería un plato sabroso y sin falta. Esa pincelada cítrica de la alcachofa, o la vinagreta de las volandeiras que acompaña al sofrito que habitualmente traen. De las croquetas poco se puede decir que no se haya dicho ya. Al igual que el arroz con pitu, guiso tradicional y sabroso, cuya mayor virtud es recordar aquellos pucheros que nos preparaban las abuelas. El nem con papada, original opción envuelta en suave y jugosa hoja de col, es una explosión de sabores en cada bocado. Acompañamos la comida con un mencía del Bierzo más que aceptable, Ultreia Sant Jacques. No probamos los postres. El servicio maravilloso. No tardaremos en volver.