Casa Gloria en Oviedo

Espectacular el trato recibido por Nacho Manzano.La Cena y el local de 10. Muchas gracias. Repetiremos sin duda.

La comida deliciosa, y el personal de 10, muy atentos

Una grata sorpresa, todos los platos tenían algo especial, los camareros muy amables y te orientan en la elección de los platos.

Un lugar muy agradable, platos deliciosos con una presentación impecable. Servicio impecable. Para nosotros, los menús en inglés y los camareros angloparlantes fueron una gran ventaja.

Muy satisfecha con este restaurante. Un ambiente cálido y moderno por dentro y unos platos muy originales y sabrosos. Medimos tres menús de mediodía y algo de carta. Me encantó que varios de los platos se podían pedir en diferentes tamaños (tapa, media, o entera). Imprescindible el canelón de pitu y la torrija de postre. Croquetas sabrosas y cremosas, aunque no las destacaría. Una pena que en el menú no haya opciones para elegir, pero eso también le da su encanto!!

Excelente comida y servicio, el arroz era de otro mundo.

Todo riquisimo: navajas, ensalada de pulpo y gambas, taco de bonito... servicio muy bueno y ambiente agradable.

Comimos muy bien y nos sentimos muy a gusto. Solo el postre (arroz con leche) no nos convenció del todo. Vinos excelentes y buena relación calidad-precio.

Acudí como acompañante para una cena sorpresa y he de decir que la experiencia fue depecionante en matices que explicaré a continuación. Una luminosa entrada que se difumina con un pasillo estrecho dando paso a un comedor bastantre oscuro y con las mesas quizá demasiado juntas para intimar entre sus comensales con una distribución de silla y /o asientos tipo sofá donde puedes coincidir con tus compañeros de mesa anexa. La primera nota fue al contestar a la pregunta de que mesa se trataba con un "cualquiera de las que están ahí" sin especificar predilección o ubicación. Posteriormente fuimos atendidos hasta un total de cuatro personas que en momentos parecían andar como aves sin cabeza por el local. Una carta, personalmente limitada, donde había más espacio para la sección de apentencias viniticolas. Nos llamó la atención que nos comentaran que "no les quedaba tortilla", cosa que nos sorprendió porque cuando acudes a un restaurante de esta categoría ese producto tan típico y tan clasíco no es opción en tu petición. Una pena porque es un espacio culinario, viniendo de la saga que lo atiende y regenta, además de atesorar los galardones Michelín, que podría ser espectacularmente grandioso. En este contexto actual no me planteo regresar.

Este es un excelente restaurante con una excelente atención, muy buena comida, muy sabrosa y sobre todo una carta muy variada y realmente recomendable Como plato principal el arroz con pitu es delicioso y luego hemos tenido varias entradas con croquetas, alcachofas, berenjenas… Muy recomendable