Casa Enrique en Medio Cudeyo

Muy recomendable restaurante, de los de toda la vida que conservan su buen hacer. Cocina tradicional muy bien servida. Gran bodega donde elegir vinos a precios razonables.

Mi reseña es sobre el restaurante, el cual nos sorprendió! Restaurante con plazas de aparcamiento propio para clientes. La entrada la hicimos a través del bar, que en nada se parece a lo que esconde sus comedores y sus fogones. Espectacular un plato fuera de carta tan sencillo como son unas setas cardo con sal, ajo, perejil y una yema de huevo, lo mejor que comimos. También destaco los pétalos de haba (super tiernas!), con jamón y yema de huevo. De segundo comimos las albóndigas que si que nos pareció más simplonas, me decantaría por otro plato la próxima vez. De postre, un tupinamba, una especie de natillas con bizcocho, recomendable

Fui con mi pareja a comer, se come a la carta y la comida es casera y rica. La chica que nos atendió fue muy amable y eso hizo q el servicio nos gustará mucho. El precio diría que es el correcto para ser a la carta.

Hacía muchos años que no volvía a este Restaurante y mantiene la calidad de los platos "de siempre" (caricos, merluza rebozada, tupinamba) junto con nuevas incorporaciones a la carta de calidad (setas por ejemplo). Así mismo sorprende que mantiene el estilo de los años 80 con el confort actual. Extraordinariamente amable la persona que nos atendió. Hay que esperar un precio algo alto (unos 45€ cubierto) pero cuando la calidad es alta se puede aceptar. Un clásico que se mantiene.

Comida tradicional muy buena. Los sesos de escándalo. Sólo estuvimos comiendo.

El carico bueno y los pimientos rellenos también, pero la salsa del pimiento y la del tomate casero llevaba mucho azúcar

Muy familiar, comida exquisita, servicio muy bueno. Aparcamiento fácil con parking muy cercano.

Atención espectacular. La comida perfecta.

Busqué en el navegador del coche un restaurante en Solares y de entre varios me decidí por este , me sonaba............pero no estaba seguro. Acerté, vaya que si !! mantequilla en la mesa y pan artesano ya me daban una pista de lo que vendría , calidad del producto , un servicio especial y esa mesa que me dieron al lado del radiador me acabaron por ganar, Volveremos , sin duda, muchas gracias por todo.

Nos recomendaron este local unos familiares que lo conocen y son asiduos del mismo. Reservamos para cenar y no nos defraudó. Un local familiar, sencillo en sus instalaciones y decoración. Una carta de producto típico de la zona, como los caricos que son difíciles de encontrar fuera de Cantabria. Un trato estupendo desde el principio. Muchos platos se ofrecen en medias raciones, lo cual es interesante para poder probar más cosas. En nuestro caso tomamos unas anchoas muy buenas, unas setas de pie de cardo (fuera de carta) que fueron excepcionales y unas rabas, imprescindibles cuando se está en Cantabria. Todo muy bueno, con producto de calidad y bien cocinado. De segundo probamos las albóndigas de ternera, que son también uno de los platos estrella del local junto con los caricos, y muy ricas. También el bacalao a la plancha y la merluza de anzuelo, que fueron sobresalientes. En el postre nos decantamos por el flan y la tarta de manzana, todo casero y muy bueno. Servicio rápido, preciso y de trato muy correcto. Se siente uno muy bien tratado. Es un local que puede resultar caro, pero de muy buen producto y sale uno muy satisfecho de la calidad y el trato. Para repetir sin duda.