Casa Begoña en Valladolid

Sitio increíble. La comida exquisita, Begoña super agradable, nos recomendó los caracoles que eran la primera vez que comíamos y terminamos encantados, no solo por ese plato, sino por el risotto de boletus y el rabo de toro. Un sitio 100% recomendable, ya que salimos de allí muy satisfechos y con ganas de volver.

Me encanta la cocina de casa Begoña, calidad y buen producto, un sitio de los que no quedan. Hoy he descubierto su helado de mandarina... Que cosa tan rica!!

Empecemos a hablar de la comida, que debo señalar que estaba buena, bien cocinada, con sabor. Terminas el plato con ganas de repetir. Algunas personas dirán que la sala es acogedora pero a mí me parece que el espacio del restaurante es MUY PEQUEÑO, no más de 10/12 personas sin margen de holgura, y lógicamente de donde no hay no se puede sacar. En una mesa para 6 personas toca pasar la ÚNICA CARTA que nos ofrece, de unos a otros. Begoña, como jefa de sala derrocha cortesía, y amabilidad aunque le falta un punto de simpatía para garantizar a los clientes una experiencia excelente. Entre otros platos fuera de carta nos ofrece alubias, que elegimos 4 comensales, y que sorprendentemente diez minutos más tarde nos indica que no tienen disponibilidad (cara de perplejidad se nos queda) y que optemos por otra alternativa. Lo importante es que no nos engañó cuando nos ofreció un guiso de PATATAS con calamares, varios cacillos servidos a 3 comensales no vieron ninguno de estos cefalópodos. El postre compartido nos dejó con ganas de más. Si mis comentarios sirven para que los futuros clientes encuentren una vivencia que les haga volver sería estupendo, yo jamás digo “de esta agua no beberé”.