Casa Adriano en Alanís

Descubrimos el sitio por casualidad y fue increíble. La comida maravillosa y la atención inmejorable.

La cocina estupenda, preparan muy bien las legumbres. El servicio impecable. Fueron muy atentos Todos casero y buenísimo. No nos alojamos está vez

Mi hermana y cuñado estuvieron allí este sábado pasado, para comer al mediodia, me ha dicho que la experiencia ha sido extraordinaria, muy buena comida, el personal muy agradable y el entorno le encantó.

Lugar precioso bellas vistas , trato impecable y atentos , comida casera y espectacular,espero volver pronto

El sitio es espectacular la atención más amable no podría ser y que opinar de la comida sin palabras comida casera casera un sitio para desconectar y disfrutar de la naturaleza

Estuvimos alojados este finde mi mujer y yo . No pudimos estar mejor. Es un concepto de sitio con pcoas habitacioens y pocas mesas en el restaurante. Tranquilidad tota, sin ruidos ni voces y donde el tiempo se para. EL matrimonio que lo regenta lo hace posible con su gran trabajo. Cuidan cada detalle. Ideal para desconectar, conocer las rutas de la zona y luego descansar ,comer de maravilla en el restaurante y dormir a pierna suelta en sus limpisimas habitaciones. Jose es encantador, siempre atento y dispuesto para que no te falte nada. Ana es la artista en la cocina, tiene una mano increible como cocinera y hace absolutemente todo, desde el pan hasta el yogur o toda la carta...Gracias por vuestro trabajo y cuidar las costumbres y gastronomia tradicional.

Sitio muy encantador ..bonito y la amabilidad de los propietarios excelente

Fue una experiencia inolvidable, el lugar muy acogedor y mimado al detalle, el servicio muy amable, y la comida es exquisita, sin duda, repetiremos

Hicimos un senderismo en Cerro del Hierro y sin conocer la zona decidimos ir a Alanís. Allí buscamos donde comer y Google nos dió opciones y ésta es la que teníamos a 15 metros y siendo las 14:15 y una enorme terraza que vimos por fotos pues decidimos almorzar al solecito. Nos recibe una señora y nos pregunta si tenemos reserva. Asombrados miramos y está todo vacío, sólo una mesa de cinco comensales. Nos dice que deberíamos haber reservado 24 o 48 horas antes. De nuevo estirábamos el cuello y seguíamos sin ver a nadie. Al ver el percal no nos atrevíamos ni a pedir. Lógicamente pedimos consejo y a la buena señora y tampoco le hizo gracia . Es más, mientras mirábamos la carta nos dijo que cerraban a las 4. Mientras esperábamos la comida mi pareja se levanta para preguntar por el aseo. La señora la acompaña y mi pareja le pregunta por esa terraza tan bonita y grande que vimos en las fotos. Su respuesta: está cerrada y cuando termines cierra la puerta. Pues claro señorita, cómo para pedir postre o café siendo las 15:40. Lo mismo nos prepara un termo y un tupper para los higos. Con todo esto, como para dar propina!!! Eso sí, el señor infinitamente más agradable, salió a acompañarnos a la salida y le dimos las gracias, cosa que la otra, giró su cabeza y ni contestó. Comida: El pan casero, muy bueno La morcilla, normal. Las judías con jabalí muy buenas. Las albóndigas, normal. Por lo tanto, son muy justas esas tres estrellas, es más, no son 2 porque el señor iba arreglando los comentarios y caretos de la señora. Pd y consejo: bájese de la nube, está usted en Alanís

Cálido, acogedor, personal de cocina tradicional donde se aprecia la pasión que le has puesto en su negocio y forma de vida. Ana y José, trabajan con profesionalidad, saber hacer y pasión en este rincón único de Alanis. El trato no puede ser más cercano, su atención, el gusto por los detalles se nota en el la sala y en la comida. Recomendables sus guisos, sus chacinas, su jamón ibérico 100% del mismo Alanis… El local es muy acogedor y cálido, con chimenea y la atención es excelente, en un ambiente muy relajado y calmado, alegado del estrés y las carreras diarias. Los platos son abundantes, ideales para compartir y dependiendo del hambre que se tenga se puede comer perfectamente por 25-30 € por persona.